Ante el Sagrario y la Palabra de Dios

Agradó a Dios...

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB   

 

 

“Agradó a Dios y fue amado,

y como vivía entre pecadores, fue trasladado.

Fue arrebatado para que la maldad no pervirtiera su inteligencia

o el engaño sedujera su alma” (Sabiduría 4.10-11)

 

Señor,

toda mi vida quiero que sea un agrado

por todo cuanto haces por mí.

Y ahora,  en este momento concreto,

solo ante tu sagrario,

te alabo y te bendigo de corazón.

 

La alabanza es una plegaria sentida

a tu bondad para conmigo,

un ir a tu  encuentro, con mi alma llena

de gratitud y de sentimientos.

 

Cuando sé que me amas,

me alejo de los pecadores insensatos

para centrar mi existencia en la tuya

que nunca me descuida y me calma.

 

Cuando hace unos días

murió mi sobrino a los ocho años,

le decía a su madre, mi hermana:

Recuerda lo que dice el Señor

en el libro de la Sabiduría:

“Fue arrebatado para que la maldad

no lo pervirtiera”.

 

Y sollozando me decía:

Tienes razón. Dios nunca falla.

Pero como madre, siento la muerte

de mi querido hijo.

 

Y, en el fondo de mi dolor,

digo como el  profeta Job:

“Dios me lo dio

él me lo quitó.

Hágase su voluntad”.

 

No puedo escudriñar los designios de Dios,

pero tengo la fe cierta y segura de que son de amor.