Postal a los jóvenes

Vive tu propio YO

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

        

Joven, tienes toda la razón cuando dices que quieres conocerte. Es una cosa natural y muy importante. No te olvides que esto entra dentro del deseo que sientes de darle un sentido a tu vida joven.

Tú mismo lo constatas. Este conocimiento lo vas logrando poco a poco. El viaje al país de ti mismo requiere tiempo. No intentes cambiar el ritmo franqueando las etapas demasiado rápido. A lo largo de tu adolescencia y juventud tendrás ocasiones en ir desvelando tu propio rostro interior.

El camino no es nada fácil. Incluso- ya lo sabes- existen adultos que no se conocen plenamente. Hay en tu vida ciertos momentos de mayor laxitud. Y justamente es en esas rachas cuando te preguntas: ¿es posible?

Exacto. Hay momentos o situaciones en los que se tiene la impresión de meter la pata, de patinar. Te encuentras siempre ante las mismas dificultades y ante el mismo paisaje monótono. No te inquietes, no te turbes.

Esas constataciones de tu propio “yo” forman parte de del viaje. 
Para muchos- y tú no vas a ser una excepción- es gracias a la amistad y al afecto, gracias al grupo de compañeros con quienes elaboras proyectos por donde llegas a conocerte al natural, gracias a ellos mides mejor tus reacciones y dejas que tu sensibilidad se sienta afectada de algún modo.

Me sueles decir: “ No me creía capaz de tomar tal o cual iniciativa”, cuando tus amigos te han pedido que seas el animador de una velada. Has constatado que todo ha ido bien. Un éxito como ése te ha ayudado a proseguir entusiasmado el descubrimiento de ti mismo, a pesar de que has sentido en tus carnes los fracasos inevitables.

Ten en cuenta de que nadie es perfecto. Existe un obstáculo en este viaje de tu propio rostro: la costumbre de contemplarte o de verte unos días todo negro y otros días completamente de rosa, feliz contigo mismo. Si miras a tu derredor, verás a jóvenes como tú- tus colegas- que se contentan con imitar a tal o cual, deseo comprensible cuando se está en un estado o edad en que se busca con esfuerzo la propia identidad.

Lo experimentas, lo sabes: el otro- incluso aunque lo encuentres superior a ti-, nunca será tu propio “yo”.
Cada uno de nosotros es único y nada puede hacer que desaparezca tu originalidad, tu singularidad, tu necesaria diferencia.

Un robot puede parecerse a otro; un ser humano no es nunca igual a otro ser humano.

Vive tu yo personal tomando conciencia apaciblemente de todo lo que forma el universo familiar. Este es el camino más seguro para conocerte mejor y para llevar el timón de tu vida.

Es clave en tu vida y en la de los demás, que nos autoestimemos mucho más de lo que sueles o solemos hacerlo. No es un tema fácil. Ya sabes: no hay recetas-milagros, ni técnicas mágicas. Eres tú el creador de tu propio yo.