Postal a los jóvenes

¿Quién o que soy?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

        

Sé que vas como una moto. No piensas muchas veces en ti mismo. No tienes tiempo, ni ganas, ni se te apetece. Correr, corre, corre, quemar la vida cuanto antes. Es parece ser la consigna imperante en  muchos de tus colegas. Si vivimos cuatro días, ¡a disfrutar!  

Y sin embargo, cuando algún acontecimiento sacude tu ser entero o el de alguien que te afecte, sí- al menos en esos momentos-, afloran a tu mente joven estas preguntas. A ti te parecen de carcamales. No lo niegues. No es así. Todo ser humano, más tarde o más temprano, se hace estas cuestiones que atañen a la esencia de su ser.  

Y sé de muchos de vosotros, que ante estas dos columnas de que sostiene tu vida personal, te entra la duda.  

¿Quién soy?  

Tienes la impresión de que buscas a alguien, a un  extranjero misterioso que no conoces y al que llamas “Tú, yo”  

¿Qué soy?  

Cuando te haces esta pregunta y ahondas en lo que significa para ti, tienes la impresión de verte como un objeto de estudio, con tu físico, tu historia, tu geografía, tu psicología...Eres miles de millones células organizadas para desarrollarse, eres un supermercado de sensaciones, un se de tu ambiente..., pero tienes la particularidad de que tu sistema cerebral te permite presentarte a ti mismo y de decir un “tú o un yo”.  

Nadie se parece a ti. Eres único e irrepetible. Eres tú quien debe responder: “ Este tú o este yo, ¿quién es?” Y con tranquilidad llegar a decir: Soy alguien.  

Andrés, un joven como tú, dice que no está conforme como es. Esta vida no tienen sentido. Y cambiando de tercio, una vez salido de su mal momento, afirma que querría dar un sentido a su vida, realizar algo que merezca la pena en un mundo perdido por el odio, la discordia y la guerra. Le gustaría encontrar a jóvenes y hacer con ellos algo útil  y concreto. Tomarle gusto a la vida.  

Otro chico como tú, desconsolado dice: Soy como una hoja muerta que el viento se lleva. Y me pregunto en esta travesía:¿quién soy?, ¿a dónde voy? Soy un joven errante por las calles del crepúsculo al alba sin preguntarme nunca las cuestiones fundamentales de mi existencia

Soy un corazón sin amor al que le aburre su entorno y nadie se da cuenta de mi soledad. Este mundo está loco, padece una locura de desentenderse de mi problemática. Poco a poco me encierro en estas preguntas que me dan  miedo y me horroriza. Tengo miedo.¿Sabré alguna vez quién soy?  

Si canto o bailo no sé por qué lo hago.  

Un joven creyente, por el contrario, sumido en la atmósfera de Dios, dice: Me siento feliz, bailo al sol, me siento casi divino, grito, alabo y todo lo veo hermoso. El Cristo resucitado que vive en mí, hace que mi  vida  tenga una orientación clave para no perderme por la senda que me da la felicidad. Y ésta no es otra que hacer el bien a mis colegas. Sé que me admiran por mi alegría, por saber dar razón de mi esperanza y del don gratuito de la fe que he aceptado gustosamente en mi alma y corazón joven para que no se marchite con zarandajas de consumo al uso.

No soy distinto a los demás. Convivo con ellos. Mas mi modo de actuar se diferencia del de muchos de ellos porque en todo busco sentirme alegre y con el gozo inmenso que el despeje de esas preguntas importantes las he  resuelto a la luz extraordinaria de mi ser de creyente.  

¿Quién soy? ¿Qué hago? Soy un joven que, inserto en esta sociedad concreta, me toca la responsabilidad de mejorarla y no dejarme arrastrar por las hojas de lo fácil que, en el fondo, no conducen a ninguna parte.  

Me siento dichoso por que sé quién soy y lo que hago. Gracias a Dios.