Postal a los jóvenes

La ternura se agradece

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB    

                

Cuando la sociedad se crispa y tus relaciones humanas sufren un deterioro, no cabe mejor solución que recuperar tu potencial oculto de ternura. Posiblemente a tu mundo joven le falte una relación cálida e intensa mediante la cual todo el que te trate, se sienta feliz porque ve a alguien con delicadeza y una sana convivencia.

          Si cultivas en ti la ternura aplacas tu ira, suavizas tus ademanes, facilitas el diálogo y vas lentamente rompiendo las cadenas de la agresividad que tan a flor de piel está en mucha gente. Si  alguien ve tus gestos, tu forma de hablar pausada, equilibrada y serena, será  fácil para ti que los demás se  te acerquen, movidos por una fuerza extraña que habita en tu corazón, en tu apacible mirada  y en todo cuanto haces y dices.

          Cuando la ternura se adueña de ti como el mejor adorno, logras que en casa todos se sientan a gusto contigo porque eres fermento de unión entre todos.

          Si eres un joven tierno consigues que los acontecimientos familiares tengan el carisma de tu sello personal. Eres parte activa, fomentas la alegría, el sosiego y la paz entre quienes viven a tu lado o bien son invitados.

          Una vez les pregunté aun grupo de jóvenes: <<Por qué sois tan distintos de los demás?>>.

          Y todos con sus caras sonrientes y sus sonrisas tan amplias como el océano, me contestaron:  <<Sencillamente porque todos nos hemos comprometido en hacer la vida más humana, más dulce. Tenemos  en cuenta lo que decía san Francisco de Sales: Se cogen más moscas con una gota de miel que con barril de vinagre. Tenemos experiencias preciosas a este respecto.

          Y en un clima de confianza les dije:  <<Me podéis contar alguna?

          Sí, por supuesto, dijo una del grupo: <<Mira, visitamos todos las semanas a chicos y chicas difíciles de una residencia. Les hacemos ver que si son tiernos en sus relaciones, la vida de su residencia puede cambiar como de  la noche a la mañana. Entonces ellos y ellas, llevados por nuestro ejemplo, han emprendido en su lugar una campaña de vivir unidos en el trato exquisito y en las buenas formas>>.

          Y, al terminar mi diálogo con ellos, se respiraba en el ambiente un aire de paz inigualable. Y les recordaba las palabras del filósofo Bacon: << Los hijos endulzan las penas, pero hacen más amargas las desgracias; aumentan los cuidados de la vida, per atenúan el recuerdo de la muerte>>.