Postal a los jóvenes

La actualidad de los Diez Mandamientos (I)

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

        

Estás convencido que si toda la humanidad cumpliera los diez mandamientos, hoy, todo iría mucho mejor. Ellos son  la brújula que marca la dirección adecuada y perfecta para que el hombre sea lo que debe ser. Apenas el ser humano se aparta de estos diez mandamientos, la humanidad sufre una decadencia enorme.

          Lo podrás observar a tu mismo derredor. Ellos son, en palabra del Papa Juan Pablo II, " la conciencia de la humanidad y representan la síntesis de la Sabiduría de salvación. Ellos determinan  las bases esenciales del comportamiento, deciden el valor moral de los actos humanos, permanecen en relación orgánica con la vocación de vida eterna del hombre.  

          1. No tendrás a otro Dios más que a mí

          Dios Creador, al ver que el hombre se separa de sus mandamientos, sigue enseguida la adoración de ídolos o dioses falsos. Es para sentir pena. Pero menos mal que Dios, a pesar de nuestras infidelidades, sigue a pie del cañón esperando que nos demos cuenta de que solamente él nos da la felicidad y la salvación.

          Hoy día es fácil adorar a los ídolos de la canción,  dar culto al dinero; valorar al hombre por lo que tiene más que por lo que es. Hoy hay dioses instalados dentro del corazón del hombre: el consumo exagerado, el placer, el hedonismo, la concepción placentera de la vida y el señorío del poder. Dios es celoso porque te ama y sabe que fuera de él sólo hay falsedad y vacío.

          2. No dirás el nombre de Dios en vano

          Cuando el ser humano pierde el sentido del misterio, como he dicho en alguno de estos artículos, pierde también su capacidad de asombrarse. El asombro es propio de los niños, de quienes tanto habló Jesús en el Evangelio. Si no se respeta a Dios, tampoco se respeta al hombre. Lo estás viendo con tus propios ojos cada día. Cuando, por el contrario, se respeta el nombre de Dios, se respeta también la dignidad del hombre, pues, al fin y al cabo, el hombre es reflejo del nombre de Dios, su Creador y su Amor.

          Ya ves que, en la medida que se van aparcando los valores religiosos encerrados en los mandamientos, la humanidad marcha por derroteros de maldad.

          Cuando cumplimos los mandamientos de Dios en casa y fuera de ella, decía una familia profundamente cristiana, todo nos va de maravilla. Es Dios quien dirige nuestros pasos, quien nos da alientos para vivir nuestras relaciones familiares y quien nos da sentido a todo cuanto hacemos. Feliz el que cumple los mandamientos divinos.