Postal a los jóvenes

La noche del Ramadán

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB   

          

Ha comenzado el Ramadán. Se le ha comparado muchas veces con la Cuaresma cristiana.

Conviene, joven o adulto, que te enteres bien de la diferencia que hay entre ambos términos.

Hay muchos colegas tuyos que emplean los términos de forma familiar. Dicen: “Cuaresma de los musulmanes”. Esta confusión de vocabulario tiene ya algún sentido, puesto que convives con muchos musulmanes en las calles o en el mismo bloque.  

Los cristianos saben que la Cuaresma es esencialmente un período de preparación a la Pascua, la fiesta de la glorificación y resurrección de Cristo. El creyente acepta esta prueba como memoria de los cuarenta años que estuvo el pueblo de Dios en el desierto en espera de.la tierra prometida. El joven y no joven acepta estos cuarenta días para prepararse a la vida nueva que Cristo ofrece de nuevo. Existe, pues,  en la Cuaresma de los cristianos una dimensión de tensión hacia un acontecimiento festivo, una marcha de purificación, aunque hoy se haya suavizado el problema de la bebida y de la comida.  

Las fiestas del Islam, al contrario de las judías y cristianas, no tienen como fin la evocación de la Historia del pasado o del futuro.

El Ramadán no es la preparación de una fiesta, ni el recuerdo de un acontecimiento.

Es una práctica ordenada por el  Corán (2,183-187) pero cuyo simbolismo o significado no se dan en el texto. Como la mayoría de las prácticas del Islam, lo que predomina es la virtud de la obediencia que llama a vivir el Ayuno y la adoración a Dios.  

Otra virtud que enriquece la espiritualidad de este mes de ayuno, es la acogida de la palabra de Dios y de la Revelación. Efectivamente, el texto que prescribe el Ayuno, afirma: “ El Corán fue revelado durante el mes de Ramadán. Es una dirección para los hombres, una manifestación clara de la Dirección y de la Ley.(2,185). Una fiesta que evoca la noche del Destino.  

LA NOCHE DEL DESTINO  

Se sitúa al final del mes del Ramadán, en una fecha indeterminada. La expresión proviene del Corán:”Si, la hemos hecho descender durante la Noche del Destino (o del Decreto). ¿Qué es la Noche del Destino? (C.97).  

Los musulmanes leen en el texto una alusión a la “bajada” de la Revelación que, en realidad, para los cristianos les evoca la Noche de Navidad:”Los ángeles y el Espíritu descienden esta Noche... Ella es Paz y Salvación hasta el despertar de la aurora.  

El mes del ayuno comporta, pues, para los musulmanes una atención renovada al Libro del Corán. Algunos dedican el atardecer a leer el texto, individual o en grupo. La lectura viene  acompañada del deseo de adaptar  la vida propia a la voluntad de Dios, tal y como lo expresa la Revelación.  

UNA PRÁCTICA DIFÍCIL  

Muchos musulmanes que viven ya entre nosotros consideran que la práctica de las cinco oraciones diarias y las del Viernes no es posible por falta de lugares de culto y los horarios adaptados. El  Ayuno del Ramadán se convierte en la práctica principal mediante el cual los musulmanes expresan su unión y la fidelidad a la Ley de Dios:” Yo soy musulmán..yo hago el Ramadán”, dicen los “creyentes- no- practicantes”.  

El ayuno no resulta fácil en el Islam: se debe abstener durante todo el día de alimento, bebida y actividad sexual. Cuando cae la noche, la actividad física recobra  sus derechos. Como en realidad no se trata de penitencia, en estas horas, libres ya de prácticas diurnas, se entregan a buenas comidas en grupos para comer mejor y también para encontrar el calor humano. Al amanecer, tiene lugar la segunda gran comida para afrontar una nueva jornada de abstinencia.  

Este mes del ramadán es un tiempo de mayor fervor en las mezquitas y oratorios. Desde este punto de vista el Ramadán- como la Cuaresma cristiana- es un tiempo de “conversión” y de vuelta a la oración. Dura el tiempo de un mes lunar, es decir, 28 ó 29 días.  

ACTITUD DE LOS CRISTIANOS  

No hay que comparar el Ramadán y la Cuaresma. No se  trata de batir records en mortificaciones y penitencias. Nos encontraríamos en contradicción con el Corán: Dios quiere, para vosotros, la facilidad(2,185) y con el Evangelio: “Mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mateo 11,30).

El ayuno no es un deporte en el cual  los cristiano y los musulmanes luchen por la mejor medalla.

Para el Islam como para el cristianismo, el Ayuno es un medio para coger el don, el perdón que Dios ofrece. Tanto el Ramadán como la Cuaresma nos dicen que Dios n quiere acróbatas sino creyentes.  

Cada año la Iglesia Católica envía un mensaje a los musulmanes de todo el mundo. Es como el detonante de una serie de encuentros entre las dos comunidades.  

Los musulmanes observantes deben constituir un estímulo para los cristianos para darse cuenta de si son fieles a la fe, a la oración y su coherencia en seguir a Cristo. Todo es bueno con tal que Dios sea más conocido y más amado.