Postal a los jóvenes

Experiencia espiritual y apertura creadora al mundo

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

        

Esta página te va a interesar. Recuerdo a un joven intelectual japonés que había venido para defender su tesis en París sobre Nicolás  Berdiaev y los intelectuales rusos de principios del siglo XX, adeptos al marxismo y que al final se desentendieron de él. Le pregunté por qué había elegido ese tema, y me respondió: <<Yo también era marxista y después de dejé de serlo>>. Seguimos hablando y le dije:  <<¿Esto te ha llevado a profundizar el budismo o el sintoísmo>>? Y me respondió: << No, eso no me interesa. Lo que me interesa es el cristianismo, pero un cristianismo como el de Berdiaev, un cristianismo que permita al mismo tiempo tener una experiencia espiritual profunda y abrirse al mundo de una manera creadora>>.

          Es el vínculo entre una experiencia espiritual profunda y una apertura creadora al mundo lo que está en el corazón del joven  en los encuentros de Taizé. Estos  encuentros se articulan desde hace muchos años en torno al tema <<vida interior y solidaridades humanas>>.

          Debemos aspirar a este cristianismo, puesto que cuanto más se llega a ser una persona de oración, más se convierte uno en una persona responsable. La oración no nos libera de las tareas de este mundo: nos vuelve todavía más responsables.

          Nada es tan responsable como orar. Esto hay que comprenderlo verdaderamente y hacérselo entender a los jóvenes. La oración no es una diversión, ni una especie de droga para el domingo; la oración nos introduce en el misterio del Padre, en el poder del Espíritu Santo, en torno a un Rostro que nos revela a todo rostro, y nos hace servidores de todas las personas.

          Si hacerse servidores de todo rostro puede tomar la forma concreta de una presencia junto a quienes sufren los abandonos humanos o la pobreza, esto nos llama a ser creadores en todos los ámbitos, incluyendo el económico, el ámbito de la civilización planetaria, el ámbito de una civilización cultural, etc.

          El cristianismo debe ser creador, y de hecho ha sido prodigiosamente creador en el transcurso de la historia. Basta con mirar las iglesias románicas para darse cuenta de ello. Y no hace falta una etiqueta para crear. Dostoievski no decía que era un novelista cristiano. Todo el mundo lee actualmente a este autor; es uno de los padres de la modernidad.

          Sé creador. El mundo te necesita así. El cristiano es un creador y no un llorón y quejica.