Postal a los jóvenes

El silencio te ayuda a conocerte

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB         

 

Los tiempos de silencio te ayudan a descubrirte, a conocerte mejor y a madurar en tu vida interior. Vives en el mundo en el que el silencio es pobre, vacío, triste. Por eso la gente lo llena de ruido. Hay un ruido interior: el pensamiento que da vueltas, las asociaciones de ideas, los deseos, los sueños; cuando no hay eso, se gira el botón de la radio, se enciende la TV, se hace <<zapping>>, etc. Vivimos en un mundo de ruido incesante, estamos todo el tiempo ocupados.

          Por eso es muy importante hacer silencio y que este silencio llegue a ser un silencio habitado. Todo cuanto se refiere a la inteligencia y a la sexualidad se ha desarrollado mucho, pero los espacios del corazón quedan en barbecho. Las fuerzas del corazón despiertan con el  silencio.

          Pienso, por otra parte, que todos los jóvenes tienen una experiencia de Dios, aunque no lo saben. Todos han presentido el misterio. Lo han presentido en la belleza del mundo, en una obra de arte, tocando la guitarra una noche, o en el nacimiento de un amor. Todos tienen una experiencia y hay que hacerles descubrir que no son experiencias separadas, dislocadas, sin significado, sin que se enraízan en lo profundo.

          Hay que evitar, por ejemplo, que estas experiencias sean adquiridas por medio de la droga. Esta es una especie de Don Juan de estas experiencias que quiere repetirlas sistemáticamente. El silencio te enseña primero a escuchar, dices palabras que no están en la radio o la TV, sino palabras que alimentan tu alma. Esta iniciación al silencio y la repetición pacificadora de frases son muy importantes.

          Los educadores, padres y sacerdotes deberían emplear palabras que lleguen a  la gente mediante celebraciones bellas y sencillas. Tienen que volver a descubrir la fuerza de la liturgia. En Occidente hay que volver a encontrar el sentido del misterio en las parroquias o colegios.

          Lo fundamental que debe transmitir la liturgia es el misterio de la resurrección: el misterio de la vida más fuerte que la muerte, el hecho de que el amor de Cristo vence a la muerte y al infierno. De tal manera que, cuando salimos de una iglesia y llevamos con nosotros este potencial de vida, podamos reconocer al otro como un rostro, y al mundo entero como un don y un lenguaje de Dios.

          La liturgia debe ayudarnos a descifrar poco a poco todo esto, y es bueno que no vaya demasiado deprisa, que no diga demasiado.

          Claro está, si no hay silencio en ti, no podrás apreciar estas bellezas que están tan cerca de ti. Y sería una pena que pasaras desconcertado y despistado ante estas lindas realidades que tienen su origen en el silencio.