Postal a los jóvenes

Dar a Cristo

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 



Te invito, amigo creyente, a que exultes de alegría. Un goce que provenga de tu interior y no como efecto de unas copas que, de momento, te exaltan para apagarse después como ceniza tras el fuego.
Una de las características fundamentales que adornan tu personalidad de creyente es precisamente tu gozo de ser seguidor de Cristo.

EN ESTA SOCIEDAD

En esta sociedad un tanto paganizada y que alardea de increencia, indiferencia y de su apartamiento de Dios, tú, sin embargo, te eriges en un ser vibrante, ilusionado hasta los tétanos de tus huesos y las fibras de tu espíritu porque el Señor te ha dado la gracia de la fe. Esta es la mejor arma que debes esgrimir frente a tantos ataques de personas que buscan- bajo las órdenes del Maligno- el menosprecio hacia todo lo que sepa a Iglesia, a curas, monjas y fieles.

Pero, ¿qué se han creído estos señores de pacotilla que tanto insultan la obra benéfica de Dios en el mundo? ¿Creen que nos van a callar? Están equivocados de pies a cabeza. No se dan cuenta de que, a pesar de que dispongan de muchos medios de información- más bien de deformación- no te van a hacer silenciar lo alegre que te sientes cuando la persecución “redomada” se cierne sobre ti como los buitres que van buscando la carroña.

Se ve que saben poco del fascinante mundo de tu fe. Esta. Como roca inconmovible, te mantiene unido al Señor y a toda la humanidad, máxime a la más pobre y necesitada. Cosa que no hacen ellos con tantos discursos y declaraciones mal intencionadas. Y así te quiere Dios, así te lo exige la coherencia de tu fe en el VIVO por excelencia, Cristo Resucitado.

DAR A CRISTO

Tú, creyente amigo, mantén en tu vida la paz y la serenidad. Di como Teresa de Avila: “Nade te turbe, nada te espante, sólo Dios basta”.
Eso es. Si tu interior posee a Cristo, te saldrá natural darlo. Este es el ideal de todo el que quiera llevar con altura el nombre de Cristiano y no quiera desfigurarlo arrastrándolo por el polvo de su egoísmo y sensualidad.
Me gustaría verte radiante de alegría ante el mundo que te circunda. Sí, porque posees lo mejor de cuanto tienes y eres: la figura, la persona de Jesús resucitado. No estás llamado al repliegue por el qué dirán de ti los “agnostiquillos”. No. Pasa de ellos. Creen que estás anticuado porque no sigues la “falsa moda” des u progresismo. Están enfermos y obsesionados por recriminar cualquier falta que cometa un solo miembro de la Iglesia. ¡Allá ellos!

A mí me da la impresión de que están como están porque les falta Cristo, tienen añoranza de Dios. No lo quieren aceptar públicamente porque eso “no viste hoy”. Es mejor la apariencia que no la coherencia de una fe vivida.
Te confieso que me parece insulsa su vida. La veo inflada de egoísmo, un oficio pasajero. Siento en mí que su vacío, el de su existencia, lo quieren llenar con paladas de diversión y de sexo. Tú, di en tu interior: ¡ A ver si tiene más suerte y logra alcanzar lo que tú ya tienes con tanta esfuerzo y alegría!
Ellos- no todos- saltan de una ilusión a otra hasta que todas se acaban. Ahí van todos en la bola: unos gritan “comunismo”, otros “fascismo”, “escepticismo”, fuera la religión en la escuela, viva el laicismo!...

Pues a esta gente, amigo, es a la que tú le das lo mejor de ti mismo: tu fortaleza ante los ataques, tu sensatez ante modas pasajeras, tu visión trascendente de acontecimientos luctuosos, tu vida de oración frente a proclamas vacías de contenido, aunque – eso sí- muy oportunistas de cara a la galería.

Cristo tiene la esperanza puesta en ti para que seas luz en medio de la tiniebla que te rodea. Convéncete de Cristo. No lo reduzcas a una ilusión pasajera. Vívelo cada día más reflejado en tu vida diaria: en tu casa, en tu trabajo, con tus amigos.

Todo el mundo debe sentirse atraído hacia Cristo gracias a que tú eres su gloria y su reflejo.
Da sin medida. Demuestra que estás pletórico de El. No te olvides que la conversación más normal debe ser hablar de él, pensar en él, comunicarle a él haciendo un vacío personal para que llene el depósito de tu existencia con el combustible de su palabra y de sus signos sacramentales.

Nunca- mejor que hoy, en esta sociedad pagada de sí misma y alterada por sucesos tremendos- tú te mantienes vivo, alegre porque caminas con sentido e inspirado por las proclamas siempre vivas y primaverales del Evangelio.
Sé una cadena de TV con la que transmitas la cultura y el sabor de lo bello, hermoso y lindo que habita en ti. Si la gente que tienes en contra fuera consciente de que la habita Dios, no habría tanta cadena que día y noche atienden a personas que demandan- con cartas y adivinos- algo que realmente no les puede colmar: la ausencia de Dios en sus vidas.
Di a menudo: No soy yo quien vive. Es Cristo quien vive en mí y por eso lo doy.