Postal a los jóvenes

Carta abierta a los chicos

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 



Hablan las chicas a los chicos


Con frecuencia os oímos hablar de vuestras “conquistas amorosas”. Para vosotros, la aventura consiste en ligar cuanto más mejor y pavonearos de conquistas y aventuras imaginativas.

Para vosotros, el hecho de salir con una chica significa hacer una demostración de vuestras cualidades viriles: “Éxito, conquistas, aventura...” No sabemos muy bien si estas expresiones provienen del lenguaje amoroso, o del de negocios o del de las armas.

Cuando un chico chulea, es un “Don Juan”. Honor de su sexo.
Cuando una chica hace lo mismo, es una p. Deshonor de su sexo.

Por otra parte, seamos honestos. En la sociedad actual, todo os invita a tales comportamientos. 
Carteles de cine porno y revistas llamativa en los kioskos muestran con evidencia un tipo de mujer-objeto. Muchas revistas femeninas se dedican en la difusión de todo esto.

Parece ser que el lema es: “Sé bella y cállate”. Esto es, en síntesis, lo que pedís de nosotras.
Al mismo tiempo, la publicidad exalta vuestra virilidad, una vida verdadera de hombre en la publicidad, en las novelas y en todo aquello que haga referencia a la aventura. Todo esto tiende a una exaltación de vuestra masculinidad.

Y cuando no podéis asegurar esta imagen, tenéis que buscar sustitutivos: la moto u otra cosa para distraeros y pasar el tiempo. Evidentemente, con todo eso, habéis tomado la costumbre de no hablar de vosotros mismos. Vuestro lenguaje es esencialmente superficial. Sólo habláis de motos, asuntos, negocios, conquistas ...

Dejad la comedia aparte. Podéis agradar por lo que sois y no por lo que representáis. Y más bien empleáis lo segundo ante que por lo primero. Pero – claro está- es la senda más fácil.¿Tenéis miedo? ¿Dudáis? ¿Os sentís vulnerables? También nosotras.

Lo bello, digno, hermoso y loable sería que compartiéramos nuestras angustias, que asumiéramos nuestros errores, que afianzáramos nuestras esperanzas juntos.

Dejad que vuestras lágrimas fluyan con nosotras. Sin pudor. Sí, tranquis, que no vais a perder vuestro orgullo machista. Eso os evitará morir de infarto a los 40 años porque nunca habéis querido exteriorizar vuestro estrés.

Amigos y colegas: El verdadero valor reside en que seáis vosotros mismos. Si no, mucho peor para vuestra pretendida virilidad. Vuestros pies son de arcilla. Se rompen en seguida a pesar deque os creía los fuertes frente a nosotras.

Atreveos a mostraros sensibles, incluso emotivos. Ah!, pero os da vergüenza por el qué dirán los demás colegas. Cobardicas de turno.
No se es más hombre porque aparentéis que no sufrís o que no sentís nada. Es falso. Os movéis en pantanos de aguas putrefactas, no limpias.

No creáis que vais a perder nuestra estima y buen trato cuando os mostréis humanos, cristianos- si lo sois-. Al contrario. El respeto es para nosotras la mayor de las seducciones.

Tenemos que hacer el camino juntos. De este modo, nos encontraremos con chicos y chicas auténticas.

A la luz de nuestra fe de creyentes, todo se ilumina en el trato, en las relaciones grupales, en los encuentros, en los bailes...Pero si vais con ese aire de galanes y conquistadores, vais por mal camino.

Os lo podemos asegurar desde nuestro corazón. No seáis impetuosos. Eso lo hace cualquiera. Queremos caracteres firmes, labrados en la paciencia y no nos gustan los bonitos figurines resultones.

“Hay que tomar a las personas en muy pequeñas dosis”. Os dejamos que con el consejo que oímos una vez a un joven: “Haz siempre lo que temas hacer”. Pensadlo.