Fuera el pánico

No dejes que el miedo te detenga

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“...Amenazó al viento, y dijo al mar: ¡Silencio, cállate! Y el viento cesó, y hubo una gran calma” (Marcos 4,39).


La Biblia te recuerda que eres viajero por la tierra (1 Pedro 2,11).

Conoces todos los períodos fastos, en los que la meteorología es buena y a continuación, sin que sepas por qué, constatas que el viento gira. El cielo se oscurece, parece que tu esperanza se desvanece en la noche. La duda se apodera de tu corazón y te surgen preguntas:” ¿Pero dónde está Dios?” o más todavía: “No me habrá abandonado Dios?”

En sus diferentes travesías en barca con Jesús, los discípulos tuvieron que afrontar varias tempestades. Algunas narraciones de los Evangelios nos enseñan que se sintieron desestabilizados en el plan de su fe. SE dejaron llevar por la incredulidad, aunque Jesús fuera en el viaje. Estaba en la barca con ellos y vez por vez los socorría.

En el corazón de la tempestad, tienes un gran peligro: ceder al pánico y perder tu sangre fría. Efectivamente, las tempestades de la vida desencadenan catástrofes de otra naturaleza: son la psicológicas y morales. Son interiores, se producen en tu alma y crean automáticamente repercusiones en tu vida espiritual.

Como hijo de Dios, debes velar para que esta influencia no sea devastadora en ti. La fe te permitirá calmar las tensiones.

Jesús no tuvo la menor duda en ir al nudo del problema: la falta de fe. No dice que la prueba sea el resultado de una falta de fe, sino que condena la falta de fe en la prueba. Dios no ha venido a suprimir la prueba el sufrimiento. ¡¡¡Lo que él quiere de ti es que sepas superarla!!!!

Y recuerda:”Dios no ha venido a suprimir el dolor, sino que ha venido a llenarlo con su presencia”.¿Te das cuenta?

Oración para hoy: Señor, No quiero dudar más. Enséñame a tener confianza en ti aunque me asalten muchas tempestades. Ayúdame, para que no me hunda en momentos difíciles, sino a sentir-unido a ti-, el gozo de la victoria y la alegría inmensa de saber que controlas todas mis cosas. En el nombre de Jesús. Amén.