Postal a los jóvenes

“Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará”

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Mt 6,1-6.16-18: “Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará”

Para los judíos contemporáneos de Jesús, los actos de piedad eran modos concretos de manifestar un encuentro con Dios. Se supone que ese encuentro se produce. En tiempos de Jesús, y ya desde un poco antes, las manifestaciones clásicas eran la limosna, la oración y el ayuno. Pero la insistencia en practicarlas llevó a procurar que todos vean que cumplimos, eso nos dará imágenes de fidelidad a los ojos de todos, nos hará creíbles. Esto llevó a vaciar los actos de piedad, importaba más la cáscara que el contenido.
La limosna era un gesto de solidaridad que mostraba una profunda preocupación por el pobre. La oración era un encuentro sincero con Dios para pedirle, alabarlo o manifestarle nuestro dolor. El ayuno era un signo concreto de fidelidad que buscaba solidarizarse con el prójimo necesitado haciéndolo partícipe de nuestras privaciones. Todas estar prácticas judías tenían un sentido: la justicia, es decir la fidelidad en el encuentro don Dios y con los miembros del pueblo como hermanos. Pero al vaciarlas de contenido ni Dios ni el hermano eran importantes, “yo” era el centro, los aplausos son importantes.

Las comunidades cristianas que venían del mundo judío siguieron con la costumbre de la oración, la limosna y el ayuno, pero Mateo quiere alertarlos sobre cualquier hipocresía en la cual los signos de la piedad y la justicia son en realidad injustos e impíos. Para que verdaderamente haya un encuentro con Dios y el hermano esos signos, o cualquier otro, deben nacer de una encuentro profunda con Dios como Padre y los otros como hermanos. De eso se trata el Reino de Dios.

Y todas nuestras actitudes, especialmente los signos con los que en la Cuaresma que comienza pretendemos expresar nuestra fidelidad a Dios como Pueblo, serán verdaderos signos de un verdadero encuentro, sólo en la medida que vayan acompañados de obras de justicia.