Postal a los jóvenes

Salió el sembrador a sembrar

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Jesús desde la cátedra de la barca narra un suceso cotidiano para comunicar una realidad espiritual y misteriosa. La llegada del reino de Dios, donde Dios reina, donde es aceptado como lo más importante. Este reino choca con numerosas dificultades. En cierta ocasión Jesús habló de dos señores o reinos en evidente conflicto: el de Dios y el del Dinero (Mt 6,24).
Jesús propone que dejemos el servicio al Señorío del Dinero y del Poder y sus secuaces y que tomemos el camino correcto del Reino de Dios.

Mc 4,1-20: “Salió el sembrador a sembrar”

Se plantean aquí al lector tres problemas: la significación de la parábola tal cual salió de los labios de Jesús; la importancia que Marcos le atribuye al incluirla en este lugar de su evangelio, y la explicación que le dio la iglesia primitiva.

La parábola se interesa ante todo por la suerte de la semilla caída en cuatro terrenos diferentes. Las escenas están dispuestas de manera progresiva y optimista, para desembocar en un rendimiento extraordinario de la semilla. La recolección, imagen de los últimos tiempos, es tradicional en Israel; la novedad radica en la insistencia en torno a la laboriosa sementera que sirve de preparación.

La explicación adquiere así un sesgo alegórico: cada escena de la parábola representa concretamente un tipo de conversión: no es ya tanto la semilla lo que cuenta, sino la forma con que es acogida. Jesús era optimista respecto al sentido de su misión; la iglesia primitiva parece algo más tensa y preocupada. La nuestra debe considerar cuánta semilla muere desperdiciada