Postal a los jóvenes

Escándalo para los fariseos

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

¡Cómo busca Jesús el encuentro, la comunión, la comida compartida! Se sienta a comer con los descreídos y su gesto provoca y altera. Levi, un excluido de Israel maltratado por las asperezas del camino, es acogido y confortado por la comprensión y el amor de Jesús. Desde entonces el gesto cristiano básico para entrar en comunión con Dios es una comida compartida por todos los creyentes, con presencia de pobres y marginados. Esa es la mejor memoria de Jesús. Únete a Levi, un buscador de Jesús en la sombra de su corazón, y encuentra cita para el encuentro con Jesús. Siéntate a la mesa, como uno más, sin creerte mejor que los demás. Desea en el silencio del corazón el encuentro con Dios. Déjate amar por El.

Mc 2,13-17: “No vine a llamar a justos, sino a pecadores”

El llamamiento de Leví y de los pecadores les es dirigido hoy a los cristianos, invitados a hacer la experiencia de la misericordia para con ellos. Como todos los seres humanos, son pecadores, pero descubren que el amor de Dios les busca hasta en su mismo pecado. El tomar en cuenta a un publicano para que le siguiera era motivo de escándalo para la gente, y de manera especial para los letrados. ¿Cómo es posible que éste, que se hace llamar Maestro, coma con publicanos y con pecadores?

Para Jesús lo importante es la persona, y no tanto su condición de pecador; aunque, obviamente, lo invita al cambio de vida, por su propio bien y el de todos. El pecador sólo descubre la misericordia de Dios si ésta constituye para él un llamamiento a la conversión y al cambio de vida y, más aun, una misión apostólica, ser testimonio en el mundo. Los pecadores, a quienes tradicionalmente se ha contrapuesto a los justos tan sólo para condenarlos, son en este pasaje testigos de una cualidad religiosa esencial: la humildad puesta al servicio del llamamiento, contrapuesta al orgulloso rechazo de la buena conciencia de los fariseos.