Postal a los jóvenes

Adelánte

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Dios estaba en Cristo, reconciliando el mundo con él mismo, no imputando a los hombres sus ofensas, y ha puesto en nosotros la palabra de la reconciliación ( 2Tesalonicenses 5,19).

El demonio explotará siempre tu sentimiento de injusticia, tus heridas, tus debilidades, tus faltas para impedirte el progreso del Evangelio en tu vida.

La única condición para que gane el Evangelio, es que la justicia de Dios triunfe de la injusticia. El perdón forma parte integrante de esta justicia divina. Cuando no perdonas, el diablo se divierte contigo. Pero cuando perdonas sinceramente, no tiene nada que hacer contigo. Está perdido. Lo has derrotado.

En Estados Unidos, un hombre de color de 52 años, fue condenado a la pena capital por un asesinato que no había cometido. Finalmente fue librado después de haber pasado varios años en el corredor de la muerte. A la salida, declaró:” Dios sabe que soy inocente. He perdonado a los que, mediante sus mentiras, me enviaron a la cárcel”. Habría podido atacar. Pero eligió no usar este derecho, para permitir a su alma que se encontrase en paz y en serenidad.

Si este hombre hubiera decidido no perdonar, ¿para qué serviría su tiempo encerrado? Si hubiera intentado vengarse o atacar al tribunal...¡Qué se hubiera liado con él! Hubiera podido perder su salud y su fe. Su espíritu se hubiera obnubilado por el deseo de ver la justicia obligando a comparecer a los que lo acusaron injustamente. Prefirió el camino del perdón para aprovecharse al máximo de su amada libertad reencontrada.

Alguien dijo:” Perdonar:; es renunciar al derecho de hacer el mal a alguien que nos ha hecho mal. Es evitar los arrebatos de cólera y los instintos del odio.

Oración para hoy: Señor, quiero perdonar a los que me han hecho daño. Y me quedo tranquilo en mi conciencia porque lo he hecho y porque me permite emprender un nuevo camino en mi existencia. He elegido obedecer tu Palabra y no volver a caer más en las trampas de la mentira del enemigo. Ayúdame a que sepa vencerme hoy de no adelantar por los pasos de tu Evangelio.