Postal a los jóvenes

“Este es el discípulo que da testimonio”

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

El discípulo amado, es el que se ha recostado en el pecho de Jesús; es el que ha gozado de la intimidad de su amor. Y este amor de Jesús es lo que transmite a la comunidad. ¡Jesús vive! ¡Jesús resucitado nos ama!  

Gracias, Jesús, por la certeza de tu amor. ¡Con qué delicadeza me invitas a dejarme amar por ti! Gracias. 

Jn 21,20-25: “Este es el discípulo que da testimonio”

Pedro y Pablo son figuras máximas, ejemplares, modelos supremos para los discípulos de todos los tiempos. Pablo, prisionero en Roma, por lo menos custodiado por un soldado romano, aprovecha las circunstancias para anunciar el evangelio a los judíos que viven en Roma.
 
Como ha pasado en otras ocasiones, algunos aceptan su propuesta. Otros, por el contrario, se muestran escépticos y se alejan. Pablo cita a Isaías 6,9-10 para describir esta situación de resistencia al mensaje salvífico que les anuncia. Según la tradición, Pablo murió mártir en la persecución de Nerón del año 66. Pedro también sigue los pasos de Pablo, aunque con un estilo diferente. Pablo es el gran misionero itinerante, mientras que Pedro es la garantía de la estabilidad de la comunidad.
 
Pero los dos son piezas fundamentales en la tarea de la evangelización. Muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia del cristianismo han vivido experiencias similares a las de Pedro y Pablo, y han confirmado con su vida la autenticidad de su anuncio. Europa y América latina poseen un patrimonio martirial evangelizador sumamente valioso. Esta herencia de sangre mártir constituye un verdadero desafío para nosotros en las diversas situaciones en que realizamos el anuncio de la buena nueva.