Postal a los jóvenes

Trabaja por la paz

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Jesús presiente el momento de su muerte; tiene a sus amigos delante. Les habla desde el corazón y desde la experiencia que tiene del amor del Padre. Envueltas por una fuerza y emoción extraordinarias, sus palabras son de paz, de ánimo. Saluda con la paz. Trabaja por la paz.

Siembra a tu alrededor semillas de paz. Jesús, dale al mundo la paz. Jesús, suscita artesanos de paz. Guarda mi alma en la paz.


Jn 14,27-31a: “La paz les dejo, les doy mi paz"

La paz es un don de Dios. La paz bíblica, shalom (en hebreo) o eirene (en griego) no designa sólo la ausencia de conflicto; el concepto bíblico de paz involucra bienestar, plenitud y abundancia para todos. La paz está íntimamente relacionada con la armonía en las relaciones interpersonales, comunitarias y entre los pueblos.

También establece una relación de armonía con Dios. Alcanzar la paz significa así una plena comunión consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios. Por eso la paz comienza en el corazón de cada persona y está llamada a impregnar todos los niveles de relación que puedan establecer los seres humanos. La partida de Jesús va a ser ocasión de crisis y conflictos para sus discípulos.

Por eso el Maestro les promete el Espíritu Santo, quien les trasmitirá luz, amor, fortaleza, seguridad para continuar la misión iniciada por el propio Jesús, y, por cierto, será fuente de la verdadera paz. Hoy las noticias sobre injusticias, violencia, destrucción y muerte están cada día en primer plano en todos los medios de comunicación. Esta realidad se convierte en un desafío para quienes creemos que el Espíritu Santo sigue actuando a través de los creyentes para impregnar al mundo de esa paz verdadera que tanto invocó el Señor para los suyos.

Y tú, ¿eres promotor de paz en el medio en que vives y te desempeñas? ¿Cómo lo haces? ¿Qué iniciativas podrías promover para enfrentar situaciones de violencia, odios o discordias que vivas en tu realidad?