Postal a los jóvenes

Arco iris y presencia  

Autor: Padre Felipe Santos Campańa SDB 

 

 

La hierba verde en el valle indica dónde se esconde el agua. La vida, desplegándose como un bello arco iris después de la tormenta, desvela la presencia de Jesús. Piensa que tu vida es como una fuente. Si te guardas el agua, ésta se corrompe. Si la das, tu pozo se convierte en un surtidor inagotable.

Padre, canto tu proyecto de dar vida. Jesús, te miro y creo en Ti. Espíritu creador, recrea en el mundo la vida.

Jn 6,35-40: “Que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna”

En el evangelio de hoy Jesús se presenta como el pan que da vida, y como aquél que satisface dos necesidades vitales: el hambre y la sed. Pero hay una condición: es necesario acercarse a él y creer en él. Queda claro una vez más que ser seguidor de Jesús no es sólo un discurso o un deseo; creer en él es participar con decisión en su proyecto.

Las personas que escuchan a Jesús son las mismas que se han beneficiado de la multiplicación de los panes. Y para Juan, en los panes hay que ver la entrega eucarística de Jesús. La intención de éste es inducir en los presentes una disposición tal que les permita aceptarlo como enviado del Padre.

Jesús parte de las necesidades cotidianas del pueblo, para que descubra la bondad y la voluntad de Dios. De ordinario el ser humano satisface sus necesidades cotidianas sin necesidad aparente de acercarse a Dios. Jesús presupone otra necesidad más profunda en la persona humana: la de solidaridad; de que alguien tenga esa capacidad de entrega que nos haga sentirnos amados, hijos de un Padre y hermanos de otros que se preocupan por nosotros.

Oremos el día de hoy por todos los pueblos que sufren hambre en el mundo o que están sedientos de justicia, de paz y de verdad. Dios, que es dador de vida en abundancia por medio de su Hijo, permita que todos los pueblos cubran sus necesidades y avancen hacia la comunión fraterna de amistad y solidaridad.