Postal a los jóvenes

Orar es aprender a perdonar 

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Si no tienes experiencia de la misericordia de Dios contigo, no te extrañes de que no sepas ser misericordioso con los demás. Contempla con calma este paisaje: perdonar, de corazón, al hermano. ¡Qué tres palabras para rumiar por dentro! ¡Qué buen programa para el día a día. El mundo actual, sacudido en las raíces por la violencia, por la intolerancia, por las migraciones y las crisis de valores, está esperando una palabra de reconciliación. Únete a quienes trabajan por restañar heridas. Orar es aprender a perdonar.

Lléname de tu Espíritu, a fin de que en las cosas de cada día descubra tu llamada en un compromiso que me haga libre.

Mt 18,21-35: Perdonar setenta veces siete

Sobre los límites del perdón, Jesús quiere decir “siempre”. Argumenta su respuesta con algo tan difícil de perdonar como son las deudas, y confronta la capacidad de perdón necesaria para ajustarse al querer de Dios, que pasa por la reconciliación permanente entre hermanos.

El perdón infinito está en el corazón de la predicación de Jesús, sin que implique aceptar la injusticia, la iniquidad o la impunidad. La parábola es un llamado de atención para no romper la lógica del amor y del perdón, darle continuidad perdonando a nuestros deudores.

Nuestro mundo tiende más a cobrar, a expropiar y a castigar que a perdonar. No sólo en el plano económico, donde los pueblos pobres están sometidos por el endeudamiento a los más poderosos; la humanidad toda atraviesa una crisis en el valor de la vida. Todos los días nuevos conflictos desencadenan guerras, odios y venganzas. Ello nos exige dar testimonios de reconciliación, de verdad y reparación de tanto daño como nos hemos causado entre hermanos.