Postal a los jóvenes

El Reino está cerca

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Las palabras de Jesús son un canto a la primacía de la gracia en nuestra vida. Nos invita a abrir de par en par el corazón a la gracia. Lo más importante de la vida lo recibimos gratuitamente. Y “si no conocemos que recibimos no despertamos a amar” (Santa Teresa). Florece nuestro corazón cuando dice gracias. Cuanto más se extiende la gratuidad más espacio le estamos robando al mal. Evangelizar, o sea anunciar la gracia, tiene que ver con acoger, curar, ensanchar el corazón, perdonar. Y no tiene nada que ver con oprimir, dominar, angustiar, meter miedo. El encuentro con la gracia nos lleva a la comunión con todos esos hombres y mujeres, que toman conciencia y se unen para luchar contra todo tipo de injusticia, buscando que los pobres tengan palabra, sitio y tarea en la comunidad de todos.

Mt 9,35-10,1.6-8: El reino de los cielos está cerca


1) Aquí se ve claramente que la misión de Jesús se prolonga por medio de los discípulos; es más, es un mandato expreso. Es el tiempo del servicio con los hermanos, hombres y mujeres de todos los tiempos, lugares y razas. Es deber del cristiano ser misionero, proclamar a tiempo y a destiempo la Buena Noticia de que el reino ha llegado. Nosotros somos los constructores de este reino.
Debemos difundir el mensaje de salvación con nuestra oración, con nuestras palabras y, por sobre todo, con nuestro testimonio. Jesús nos entrega el poder para sanar y nos envía al servicio de los demás, pero un servicio gratuito, sin esperar nada a cambio; sólo por amor; pues reconocemos en cada hermano y hermana al mismo Jesús.

2) El Padre ha enviado a Su Hijo a la tierra, y éste, a su vez, envía a sus discípulos; pero también envía a su Espíritu para iluminar al misionero y permitirle llegar al corazón y al espíritu de quien lo escucha.
Por esto debemos invocar siempre al Espíritu al iniciar una tarea, cualquiera que ella sea, para que nos ilumine y seamos lo más fielmente posible traductores del mensaje del Señor

Orar es invocar al Espíritu para que nos ayude a descubrir los dones que tenemos y nos muestre lo que espera de nosotros para bien de todos.