Postal a los jóvenes

Eres una obra maestra

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“El Dios de la paz os santifique completamente; os conserve íntegros en espíritu, alma y cuerpo, e irreprochables para cuando venga el Señor nuestro Jesucristo. El que os llamó es fiel y lo cumplirá” (1Tesalonicenses 5,23-24).

Has observado que Pablo emplea una palabra que puede parecerte extraña, a la luz de tu sentimiento de imperfección. No dice: “que todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo sea irreprensible”, sino que se mantenga irreprensible. Ahora bien, sólo se puede conservar aquello que se ya se tiene.

Para el apóstol, este carácter irreprensible es pues algo adquirido. Admite sin embargo que no has llegado a la perfección (Filipenses 3,12). Por eso afirma con insistencia que ser irreprensible no se adquiere con tu solo esfuerzo, sino creyendo sencillamente que es Dios quien lo hace:” Que el Dios de la paz os santifique completamente. Es él quien lo hará”.

Aceptar eso por la fe da al Espíritu Santo la posibilidad de actuar en tu vida. Pero me dirás: ¿cómo conciliar eso con tu evidente imperfección?

Permíteme emplear una ilustración: Admiramos con justo título la perfección del estatuario greco-romano. No soy escultor, pero puedo fácilmente imaginar la reacción de in Miguel Ángel ante un bloque de mármol destinado a su futura obra maestra. 

Estoy convencido que para él, su trabajo consistía simplemente en hacer su estatua perfecta de la ganga de mármol que la contenía. Veía, en ese bloque informe, toda la belleza de su obra acabada, aunque le realidad fuese otra.

Bajo la mano experta del divino Escultor, tú eres una obra maestra que se hace. El se ocupa de ti. Cree en sus promesas, ciertas y verdaderas:” El Señor es fiel, él te dará fortaleza y te preservará del maligno” (2 Tesalonicenses 3,3).

Sólo te queda una cosa: caminar por las sendas de la fe y de la obediencia.

Una acción para hoy: Hoy quiero dejar de considerarme como miserable y sin valor. Incluso aunque sea nada más que un bloque de mármol informe, sé que el Señor se ocupa de mí, y que a su tiempo hará de mí una obra maestra, para su sola gloria.