Postal a los jóvenes

Jerusalén no reconoce a Jesús

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

La ciudad de Jerusalén, cuyo nombre significa paz, no reconoce la visita de Jesús, el agente de la paz enviado por Dios. Reconoce y acoge el mensaje salvador de Jesús. Su Palabra trae la paz y la justicia. Su vida es una parábola de paz y de comunión.

Lc 19,41-44: ¡ Ojalá reconocieras lo que conduce a la paz!

1) La ciudad no acepta la oferta de la paz hecha por Dios. En lugar de rendir tributo a Jesús como Mesías, lo reprobará y lo llevará a la cruz. Lo que significa esta hora de la entrada en Jerusalén está oculto a sus ojos por Dios. La incredulidad de Jerusalén y su empedernido repudio de Jesús forma parte de lo que debe suceder por designio divino, al igual que su muerte. Pero esto no impide que la lamentación de Jesús sea auténtica y que la culpa de Jerusalén sea igualmente auténtica. Jesús, en su llanto por Jerusalén, por la perdición de la ciudad, reconoce a Dios como Dios y le da razón. Cuando en su actividad de predicación vio que los sabios no oían sus palabras y que los pequeños creían, dijo: “yo te bendigo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos y la has revelado a la gente sencilla.” (Lc 10,21).

2) Jerusalén no reconoció a Jesús como Mesías, y por eso ha sido herida de una ceguera espiritual que hace irrealizable el deseo de Jesús. La sentencia se ha fallado ya.
Negarse a reconocer en Jesús el camino por el cual se pueda obtener la paz y la justicia entre los hombres, es negarse a la acción de Dios.

ORACIÓN:

Hazme un instrumento de tu Paz.
Donde haya odio, siembre yo el amor.
Donde haya tristeza, siembre yo la alegría.
Donde haya desunión siembre yo el perdón.
Donde haya pena siembre el consuelo.