Postal a los jóvenes

Espíritu, condúcenos hacia la verdad completa

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Juan 16,12-15: Espíritu, condúcenos hacia la verdad completa
Jesús dijo a sus discípulos: Tendría que deciros muchas cosas, pero no podríais entenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, os iluminará para que podáis entender la verdad completa. Él no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído, y os anunciará las cosas venideras. Él me glorificará, porque todo lo que os dé a conocer, lo recibirá de mí. Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso os he dicho que todo lo que el Espíritu os dé a conocer, lo recibirá de mí. (Juan 16,12-15)
Al prevenir a los discípulos sobre su partida inminente, Jesús les asegura: «No os cargo con demasiado equipaje. Os daré a conocer lo esencial que debéis saber absolutamente (Juan 15,15). Id, pues, hacia el futuro con total confianza: en cada nueva situación el Espíritu que tomará mi relevo os revelará lo que debéis saber de mí.»
Cuando hombres o mujeres dejan tras de sí una nueva fundación de orden religioso o filosófico generalmente tienen la preocupación de dar indicaciones cuidadosamente fijadas por escrito. Jesús procede de otro modo: deja poco; y aunque lo que él deja resulta irremplazable, cuenta más bien sobre una persona viva, el Espíritu de la verdad, para recordarle a los discípulos, para actualizarlo e interiorizarlo. Ese Espíritu iluminará el sentido de sus palabras proyectando sobre ellas la luz de su muerte y de su resurrección. Así lo «glorificará».
El Espíritu no nos conducirá hacia verdades inéditas, ni hacia un saber que se añadirá a lo que Jesús ha legado. Nada de eso. El Espíritu nos conducirá al interior de la verdad completa. Nos permitirá una comprensión todavía más justa de esa verdad que es Jesús, nos hará tomar conciencia del impacto que tendrá en las situaciones nuevas a las que estaremos enfrontados.
Esta verdad, ningún ser humano, ningún grupo podrá comprenderla por sí solo. Ninguna tradición humana será suficiente para explorarla. Necesitaremos cristianos de otras culturas, de otras razas, cristianos con una historia, para descubrir lo que esta verdad inagotable nos reserva para vivir de Cristo.
- ¿Estoy preparado para reconocer que la verdad completa concerniente a Jesús se encuentra todavía ante mí, que aún tengo que dejarme conducir? ¿Qué es lo que eso cambia en mi manera de dar testimonio de la fe, en mi relación con cristianos de otra tradición que la mía?
- En mi humilde nivel, ¿cómo puedo contribuir a un futuro ecuménico en el que se nos concederá testimoniar mejor a Jesús porque nos habremos unidos unos a otros?
Juan 16,12-15: Espíritu, condúcenos hacia la verdad completa
Jesús dijo a sus discípulos: Tendría que deciros muchas cosas, pero no podríais entenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, os iluminará para que podáis entender la verdad completa. Él no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído, y os anunciará las cosas venideras. Él me glorificará, porque todo lo que os dé a conocer, lo recibirá de mí. Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso os he dicho que todo lo que el Espíritu os dé a conocer, lo recibirá de mí. (Juan 16,12-15)
Al prevenir a los discípulos sobre su partida inminente, Jesús les asegura: «No os cargo con demasiado equipaje. Os daré a conocer lo esencial que debéis saber absolutamente (Juan 15,15). Id, pues, hacia el futuro con total confianza: en cada nueva situación el Espíritu que tomará mi relevo os revelará lo que debéis saber de mí.»
Cuando hombres o mujeres dejan tras de sí una nueva fundación de orden religioso o filosófico generalmente tienen la preocupación de dar indicaciones cuidadosamente fijadas por escrito. Jesús procede de otro modo: deja poco; y aunque lo que él deja resulta irremplazable, cuenta más bien sobre una persona viva, el Espíritu de la verdad, para recordarle a los discípulos, para actualizarlo e interiorizarlo. Ese Espíritu iluminará el sentido de sus palabras proyectando sobre ellas la luz de su muerte y de su resurrección. Así lo «glorificará».
El Espíritu no nos conducirá hacia verdades inéditas, ni hacia un saber que se añadirá a lo que Jesús ha legado. Nada de eso. El Espíritu nos conducirá al interior de la verdad completa. Nos permitirá una comprensión todavía más justa de esa verdad que es Jesús, nos hará tomar conciencia del impacto que tendrá en las situaciones nuevas a las que estaremos enfrontados.
Esta verdad, ningún ser humano, ningún grupo podrá comprenderla por sí solo. Ninguna tradición humana será suficiente para explorarla. Necesitaremos cristianos de otras culturas, de otras razas, cristianos con una historia, para descubrir lo que esta verdad inagotable nos reserva para vivir de Cristo.
- ¿Estoy preparado para reconocer que la verdad completa concerniente a Jesús se encuentra todavía ante mí, que aún tengo que dejarme conducir? ¿Qué es lo que eso cambia en mi manera de dar testimonio de la fe, en mi relación con cristianos de otra tradición que la mía?
- En mi humilde nivel, ¿cómo puedo contribuir a un futuro ecuménico en el que se nos concederá testimoniar mejor a Jesús porque nos habremos unidos unos a otros?