Postal a los jóvenes

Jesús salva

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

En el transcurso de su ministerio terrestre, Jesús perdonó pecados, permitiendo así la reconciliación de numerosos pecadores con Dios. Pero este perdón se limitaba a los que encontraba por el camino. Ahora bien, Jesús debía ofrecer la redención a toda la humanidad. Para que esta gracia se extienda al mundo entero, era preciso que diera su vida en la cruz. Su muerte es una muerte redentora.

"No temáis, pues os anuncio una buena noticia, que será para todo el pueblo motivo de alegría: hoy en la ciudad de David os ha nacido un Salvador, que es Cristo, el Salvador” (Luc 2.10-11)

La enseñanza sobre la muerte expiatoria era fácil de admitir para los judíos de la época, pues habían recibido un enseñanza sobre los diferentes sacrificios. Pero para las otras nacionalidades, en particular para los griegos, la muerte en la cruz representaba una locura. Los predicadores de este tiempo han ilustrado su predicación empleando imágenes que correspondían a la mentalidad griega. Los términos rescate, compra eran muy frecuente y fáciles de comprender por los oyentes de la época.

La historia que sigue nos permite entender más profundamente la aportación de estos términos.

Un oficial del ejército de Napoleón no podía pagar sus deudas. Una noche, en plena angustia, decidió poner fin a sus días. Luchó una parte de la noche contra la idea del suicidio y terminó por dormirse con la pistola en la mano. Al día siguiente por la mañana, al no responder a la llamada, fue Napoleón a su tiende. Lo encontró dormido con una carta que contenían estas palabras: "¿Quién pagará mi deuda?" Napoleón escribió con su mano: "Yo, el Emperador".

¡Qué perfecta ilustración para comprender el rescate de nuestros pecados por el sacrificio de Jesús!

Pero la redención es mucho más que el reglamento de una deuda o de una factura. A causa de nuestro pecado, estamos condenados a muerte. Pero Dios envió a su Hijo Jesucristo para morir en la cruz en lugar nuestro. Y gracias a su sacrificio, podemos en adelante recibir el perdón de Dios.

La redención nos ofrece el más bello de los regalos: el perdón de nuestros pecados, la reconciliación con Dios, el don de la vida eterna y el don del revestimiento de justicia.

Una cuestión para hoy

La Biblia afirma que es por la gracia por lo que hemos sido salvados, por medio de la fe. Y eso no viene de nosotros, es don de Dios. Pero no basta conocer estar verdades ni creen en ella intelectualmente para salvarse. Hay que ir más lejos y confiar tu vida a Jesús. En el nombre de Jesús, amén.