Postal a los jóvenes

Marchar con Jesús

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Esta historia de los discípulos de Emaús es extraordinaria. Estos dos cristianos evocaban en el camino que han seguido la crucifixión de Jesús. El sentimiento de desilusión se apoderó de más de un discípulo. El Maestro había muerto.

"Ha resucitado verdaderamente"(Lc 24,34)

Este período que sigue inmediatamente a la muerte de Jesús nos muestra cuál era la realidad de la fe de los primeros discípulos. Para muchos, era vacilante. Numerosos eran los que permanecían escépticos en cuanto a la resurrección de Jesús. Y después, declarar ser cristiano exponía al discípulo a severas represalias por parte de las autoridades políticas y religiosas. La fe verdadera puede costar caro.
Ser discípulo de Jesús no consiste en quedarse fiel a principios o ideologías. El cristianismo auténtico reclama una fe auténtica y no la simpatía o la piedad. La fe debe ser una certeza.

"La fe es una firme seguridad de las cosas que esperamos, una demostración de las que no vemos" (Hebreos 11,1).

Jesús ha resucitado y eso es sobrenatural. Es la resurrección la que coloca al cristianismo por encima de filosofías, ideologías y religiones.

Jesús ha ido al encuentro de los discípulos de Emaús.

Quería “resucitar” su cristianismo. Después de la cruz, debían descubrir la resurrección. Por eso les abrió los ojos. Y con el corazón ardiente, volvieron a Jerusalén para encontrar a los discípulos y decirles el mensaje. ¡Qué metamorfosis! Su cristianismo estaba cargado de una nueva energía. Por fin caminaban con Jesús.

Una oración para hoy

Señor, me doy cuenta que marchar contigo es apasionante. Cuando me fe se debilite, ven en mi ayuda de incredulidad, como con los discípulos de Emaús. En el nombre de Jesús, amén.