Postal a los jóvenes

Sagaz y astuto según el Señor.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Esta parábola no nos invita a ser inicuos sino a ser sagaces, a hacernos amigos utilizando los bienes de este mundo para ponerlos al servicio de los más necesitados. El Reino de Dios necesita de ti, de tu decisión y de tu inteligencia. Ponlas a su servicio.

Lc 16,1-8: Los hijos de este mundo son astutos

1) No en todos los sentidos son los hijos de este mundo más sensatos que los hijos de la luz. Son más sensatos en el trato con los suyos, con la generación que es la suya, en la esfera de los asuntos de la tierra, en la vida económica y en los negocios, dondequiera que se trate de procurarse una vida próspera. En una cosa no son sagaces: su mirada no se extiende más allá de la tierra; no reconocen el mundo futuro. Sagaz, tal como lo entiende Cristo, sólo es aquél que no se sumerge de tal modo en la existencia terrena que se olvide que se acerca el reino de Dios. Es sagaz “el criado a quien su Señor, al volver, lo encuentra haciendo así”, es decir, dedicado fielmente a su servicio.
Los hijos de la luz tienen ojos que ven lo que es la vida, el hombre, el mundo delante de Dios.

2) En la fe en la Palabra de Dios reconocen el mundo futuro que se descubre tras el presente; el reino de Dios con todas sus promesas; la vida eterna. En cambio los hijos de la luz, comparados con los hijos de este mundo, son irresolutos y flojos en su acción cuando se trata de cuidar de su espléndido futuro. Jesús tiene razón en quejarse.

ORACIÓN:

 

Tú, Señor, siempre me sorprendes,
Y no me gusta... pero lo necesito.
Que mi entrega sea más inventiva y audaz
en beneficio de mis hermanos, de mis hermanas.