Postal a los jóvenes

Todos los fieles difuntos

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Esta semana está marcada por el recuerdo de nuestros seres queridos. Ha pasado ya un tiempo desde que murieron, pero la brasa de cariño que dejaron en nuestro corazón sigue viva. Los cementerios se llenan de flores, de recuerdos, de plegarias. El Evangelio quiere que todos nos llenemos de vida, desea que todos respiremos el buen olor que deja Jesús. Juan nos ofrece un texto precioso para la contemplación y para el camino. No crucemos de prisa el paisaje. Cada detalle puede ser “miel en la boca, melodía en le oído, júbilo en el corazón” (San Bernardo). Jesús es casa y camino para ir al Padre. Jesús es la resurrección y la Vida.

La Iglesia es lugar de acogida para todos. La vida de cada persona es casa y escuela donde se recrea la comunión. La voluntad del Padre es que todos reciban la Vida de su Hijo Jesús. El Padre desea que todos nos fiemos de su Hijo, que entrega la vida por todos.Dejemos que el Espíritu nos enseñe a movernos entre el dolor y la muerte con la luz y la verdad de Jesús entre las manos.

Lecturas: Jb 19,1.23-27ª; Salmo 26,1-14; Rm 5,5-11;

Evangelio: Jn 14,1-6

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino." Tomás le dice: “Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le responde: -“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí”.

Deja que la palabra de Jesús entre en tu vida, que su mirada se pose en tu corazón necesitado de fe. Ábrele la puerta.

Apoya tu vida frágil en la suya, descansa en él, fíate de su amor.

ORACION

Nada te turbe. Nada te espante.
Todo se pasa. Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene nada le falta.
Solo Dios basta.

Cierra los ojos y mira tu interior como la casa que él ha escogido para intimar contigo. Háblale con confianza. cuéntale tus miedos. Exprésale tus dudas, como hizo Tomás. También ellas son oración.

Abre los ojos y contempla a los que te rodean como habitados también por la presencia del Señor. El corazón de cada ser humano y de toda la creación esconde y refleja la belleza de Dios.

Escucha la palabra de Jesús. Deja que te resuene dentro como un eco gozoso: Yo soy tu camino… Yo soy tu verdad… Yo soy tu vida.

Respóndele con confianza: Tú eres mi camino… Tú eres mi verdad… Tú eres mi vida.

Sal a la vida de cada día. Acércate a todos con admiración y respeto. Construye con ellos un mundo más verdadero. Camina con todos hacia la vida.