Postal a los jóvenes

He venido a traer división

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Jesús camina hacia Jerusalén en obediencia a la voluntad del Padre afrontando decididamente toda oposición. Tu encuentro con el Señor suscita una respuesta de fe que puede crear división con otros valores del mundo.

Lc 12,49-53: No he venido a traer la paz, sino la división

El tiempo que se ha inaugurado por Jesús es en primer lugar tiempo de decisión. Por eso encendió la ira de los funcionarios del Templo y de todos los que se consideraban dueños de la verdad. El fuego de la Palabra de Dios es el fuego del Espíritu que tiene que ser probado en la entrega total, en el bautismo de la donación personal. Es el fuego que prende allí donde se han abandonado los intereses personales y se busca un mundo de hermanos.

El Mesías es anunciado y esperado como portador de paz. Es el príncipe de la paz; su nacimiento trae paz a los hombres en la tierra. La paz es salvación, orden, unidad. Ahora bien, antes de que se inicie el tiempo de paz y de salvación hay falta de paz, existe división y discordia, incluso donde la paz debería tener principalmente su asiento. El profeta Miqueas se expresó con las palabras siguientes acerca del tiempo de infortunios y discordias que ha de preceder al tiempo de salvación: “El hijo deshonra al padre, la hija se alza contra la madre, la nuera contra la suegra, y los enemigos son sus mismos domésticos. Mas yo esperaré en Yavé, esperaré en el Dios de mi salvación, y mi Dios me oirá” (Miq. 7,6ss). Ahora tiene lugar la división.

En referencia a Jesús se dividen las familias, respecto de él deben decidirse los hombres. Esta división y separación es señal de que han comenzado los acontecimientos finales, que a cada cual exigen decisión.

ORACIÓN:

 

Enciende en mi corazón
la llama de tu amor,
bautízame con tu Espíritu Santo,
pera ser testigo de tu amor y de tu paz
en el mundo.