Postal a los jóvenes

El interior agrada a Dios

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

En el marco de una comida con un fariseo, Jesús deja claro que la auténtica pureza no está en las abluciones o ritos. Lo que agrada al Dios de la Alianza nace en el interior de la persona y se expresa en la caridad fraterna. Si quieres que tu vida sea transparente, no sólo des a los demás tus cosas y de lo que te sobra, sino entrégate tú, como hizo Jesús.

Lc 11,37-41: Den, más bien, como limosna lo que tienen

Durante su camino Jesús es invitado a la mesa. La primera comida era la del mediodía, que procedía de la usanza romana. Importantes enseñanzas se refieren aquí como conversaciones habidas junto a la mesa. Los fariseos daban gran importancia a las prescripciones relativas a la pureza legal. Antes de comer había que lavarse prolijamente las manos (Mc 7,2).

La vajilla de comer y beber se limpiaba con un cuidado escrupuloso. Jesús no se atiene a la prescripción de lavarse las manos, de lo que se extraña el fariseo que lo había invitado. El que realmente quería pasar por religioso debía ante todo cumplir con las prescripciones de los fariseos sobre la pureza cabal. De la crítica sobre su comportamiento toma pie Jesús para hablar de la pureza delante de Dios. ¿Quién es puro ante la presencia divina? Los fariseos tenían por tal al que observaba las prescripciones rituales. De la pureza moral se preocupaban muy poco. Por afanarse en lo exterior pero no por lo interior, descuidando así la conciencia, los fariseos obran como insensatos; como gentes que no poseen la verdadera sabiduría; que no reconocen a Dios y lo descuidan. Lo que Dios quiere del ser humano es un corazón puro; y el corazón se purifica mediante la práctica del amor fraterno..

ORACIÓN:

 

Tu Palabra Jesús
limpia mi barro
y hace de él una copa
para que beba mi hermano.