Postal a los jóvenes

¿Está la Cruz en el centro de tu vida?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Te preciso que la cruz de Jesús se cumple por nuestra salvación. Por eso es el centro de todo verdadero cristianismo digno de este nombre. ¿Está en el centro de tu vida? ¿Vuelves a menudo a ella para encontrar el equilibrio personal?


'Jesús llevó su cruz, llegó al lugar del Calvario donde fue crucificado con dos ladrones (Juan 19,17-18)

El hecho de que la cruz esté en medio no una casualidad. La cruz de Jesús ha representado y representará un papel estabilizador en tu existencia; te aportará el equilibrio frente a todo lo que pueda impedirte alejarte de Dios en tu vida diaria. Tu adversidad presente será relativizada en la cruz; tus miedos y temores legítimos se remitirán en su justo valor después de un paso por la cruz. Tus amores poco razonables, tus pasiones destructivas y tus complejos innatos se verán al margen de tu vida. Pero te hace falta tiempo para volver a la cruz y sigue siendo el centro en ti.

Por otra parte, incluso tu servicio cristiano, tu talento distinguido, tus capacidades reconocidas de todos, tus funciones importantes o tus títulos de gloria no tienen sentido, ni valor mientras no hagas referencia de todo a la cruz. Lo que da un sentido a tu servicio cristiano, a tu talento..., es que la cruz sea el centro de tu fe y de tu piedad. Debe ser el lugar más importante de tu encuentro cada jornada; podrías tener citas con mucha gente importante, pero si no vas y miras la cruz, tu vida pasará de lo esencial, del plan de Dios sobre tu existencia.

La cruz en medio de tus alegrías y pruebas, de tus decepciones y satisfacciones; la cruz en medio de tus éxitos y aparentes fracasos; la cruz en el centro de tus pensamientos, tus preocupaciones, tus proyectos y de tus afectos lo hará todo diferente. En realidad, ahí está la raíz de que no vivas un pseudo-cristianismo fácil, y no el verdadero evangelio vivido a diario. ¿Has ido a la cruz hoy?

Una oración para hoy

Señor Jesús, constato que muchas de mis miserias vienen del hecho de que no he colocado la cruz en el centro de mi vida, mi fe, mi piedad. Te pido perdón. Ven a socorrerme. Amen.