Postal a los jóvenes

¿Servir o servirse de Dios?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

'Había en una ciudad un juez que no temía a Dios y no tenía especial consideración con la persona. Había también una viuda en esta ciudad que le decía: Hazme justicia contra mi adversario...Al final le hizo justicia para que lo dejara tranquilo... Cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?' Luc 18,1-8

La fatiga es a menudo la excusa de muchos de quienes no quieren rezar. Ignoran ciertamente que Dios se renueva física y espiritualmente en los momentos de oración intensa. Por otra parte, demasiados cristianos dejan de rezar sencillamente porque no han sido escuchados. Y algunos entre ellos ignoran que se reza, no para ser escuchado, sino porque se busca estar en comunión con Dios, nuestro Padre celeste.

Al no rezar diariamente, el hijo de Dios se priva de bendiciones y de privilegios espirituales.

No se puede construir una relación de amistad por interés. Una relación verdadera debe ser siempre desinteresada. No rezamos para servirnos de Dios o para mandar a Dios. No nos burlemos de Dios. El conoce perfectamente los móviles que nos animan cuando nos dirigimos a él.

Dios no es ni un genio, ni un distribuidor de bendiciones, y mucho menos una máquina a centavos. Cuando rezamos, debemos estar preparados para escuchar a Dios que nos dice: 'No ahora!', 'No, nunca!' o 'sí, ahora te lo concedo!' Es el creador del cielo y de la tierra, el Dios todopoderoso y soberano. Nuestros destinos están en sus manos. Entonces, vamos a él humildemente y desarrollamos una verdadera comunión con él.

Un consejo para hoy

Aprende a perseverar en la oración y busca esta comunión con tu Dios. Y te extrañarás hasta qué punto responde precisamente a tus requerimientos. Amén.