Postal a los jóvenes

La Natividad de la Virgen María

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“No tengas reparo en llevarte a María” (Mt 1,20)

Dios tiene un proyecto para cada uno. A primera vista nos parece inalcanzable, pero nos regala la presencia de María, la que siempre va abriendo camino. Vive tu fe con María. No tengas reparo en abrirle la puerta de tu corazón.

La fiesta del nacimiento de María, la Madre de Jesús, se remonta a una tradición del siglo V. En Jerusalén se ha dedicado la basílica de Santa Ana en el lugar donde se supone que nació María. Pero más allá de los datos históricos nos interesa el dato teológico. Mateo introduce su evangelio con la genealogía de Jesús arrancando desde Abraham hasta José y María los padres de Jesús.

Más allá de la precisión histórica nos encontramos con una bella pieza de la historia de la salvación. Dios ha realizado su promesa: ha acompañado a su pueblo en todas las etapas de la historia. Pero la promesa no es solamente para el pueblo elegido, sino para toda la humanidad. En este sentido es una promesa universal. Ahora en María, la Madre de Jesús, la promesa hecha desde antiguo ha llegado a su plenitud. Y es en María, una mujer del común, creyente y pobre, quien ha sido “agraciada” por Dios para quedarse definitivamente en medio de su pueblo. En María todas las mujeres se hacen “instrumentos” de Dios para seguir aportando proyectos de vida a la humanidad. Ellas, las siempre agraciadas, contribuyen para que la vida abunde en medio de la muerte.

ORACIÓN:

¡Qué hermoso abrirte la puerta, María!
¡Qué alegría cuando mis ojos se encuentran con los tuyos!
¡Qué gozo acoger siempre tu regalo: a Jesús!