Postal a los jóvenes

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22,39)

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Dios lleva a todos los seres humanos en su corazón. No se puede amar solo a Dios, sin amar a los hermanos. Las dos realidades pertenecen a la misma moneda. No seas una persona distinta cuando estás con Dios que cuando estás con los demás. Lo que eres ante tus semejantes, eso eres ante Dios.

María, la fiel servidora de la Palabra

Lucas relata el episodio de la Anunciación con lujo de detalles. En primer lugar señala la condición de María, la joven nazarena apenas comprometida con José. Ella ha encontrado gracia ante los ojos de Dios. Por eso la ha elegido como Madre del Salvador. Perpleja, pregunta como podrá suceder tal cosa si aún su matrimonio con José no ha sido consumado. La respuesta es contundente: es una acción maravillosa de Dios. La constatación de que se trata de una intervención divina es la gravidez de Isabel. Ante estas palabras María responde positivamente a la vocación recibida. Ella es una mujer sencilla, humilde, pobre, aldeana. Pero es una mujer creyente. Por eso ha sido elegida para tan gran misión. En esto precisamente consiste el reinado de María. Va a ser la madre del Rey, pero un rey diferente a todos, que inaugura un reinado de salvación para todo el pueblo, para toda la humanidad. Su fundamento es la paz, la justicia y el amor. Es un reino de gracia y verdad. María es la Reina de este reino. También nosotros, como María, hemos sido convocados a participar en este proyecto novedoso: El reino de Dios.

ORACIÓN:

 

Cuando voy a tu encuentro, Señor,
Tú me señalas a los demás.
Cuando miro a los pequeños,
ellos me señalan tu corazón.