Postal a los jóvenes

Valor de nuestros fracasos

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

'He aquí que mis sufrimientos se han convertido en mi salvación' (Isaías 38,17)

Cuando se desencadenan las catástrofes, los hombre tienen un proverbio: 'Una desgracia nunca viene sola.' Algunos se desconsuelan por los acontecimientos molestos más o menos de este modo: 'No hay nada que marche bien hoy… No tengo suerte...' Otros se comparan a los gafes que todo lo estropean y les sale todo mal. Puedes haber fracasado hasta ahora, pero eso no hace de ti un “fracasado”. Si te diriges a Cristo, él te cambia en una persona nueva y te lleva de victoria en victoria. Tu derrota es sólo una puerta cerrada que puede abrirse de nuevo.

Pues no es el fracaso mismo, sino la apreciación errónea que de él saques, el que te llevará al garaje. De tu reacción frente a esta cruel realidad, saldrá una u otra de esta s actitudes diametralmente opuestas. Sea que estés postrado, anulado o te levantes con mayor fuerza que el que nunca ha caído. Así, el valor de tu fracaso consiste en las lecciones que te aporte…

Prepárate a confiar en el Dios de la Biblia que cuida de tu felicidad (Deuteronomio 28,1-14). Como un padre desea ver a su hijo triunfar, el Padre celestial quiere concederte el éxito en todas tus empresas (Josué 1,7-9; Salmo 1,3). Y si por venturas fracasaras, aprende a sacar lecciones saludables.

Una oración para hoy

Señor, no me detendré en los fracasos. Creo, como prometes en tu Palabra, que en mi camino has colocado bendiciones. Te doy toda mi confianza, pues sé que marchas conmigo para ayudarme a triunfar. Amén.