Postal a los jóvenes

¿Héroes de la fe o cero a la vez?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Procedemos por la fe, no por la visión” (2 Corintios 5,7).
La marcha por la fe es la marcha por el excelencia del cristiano. Es productiva, benéfica, rentable y te lleva al verdadero éxito. La vida cristiana se parece a una carrera de filas en donde, a una distancia regular, tienes un obstáculo que franquear.

En el hall de la fe (Hebreos 11): levanta los ojos, mira las fotos de los héroes de la fe y escucha la voz del Señor a este respecto.
Por la fe, Abel ofrece...Por la fe, Enoc fue salvado...Por la fe, Noé construyó y salvó...Por la fe, Abrahán obedeció y partió...Por la fe, Moisés rechazó ser llamado...Por la fe, ellos atravesaron el Mar Rojo...Por la fe, las murallas de Jericó cayeron...

Echa un vistazo al mundo actual. Hoy, crees que “la victoria que triunfa del mundo, es tu fe...(1 Juan 5,4). Te recuerdo que la palabra “mundo” en Juan es el mal.
Comprende que tu fe debe estar ligada únicamente a la Palabra de Dios (Romanos 10,17).
Debe expresarse con tus palabras frente a las circunstancias (Marcos 11,23). Tu fe debe verse mediante tus actos precisos, claros. (Marcos 2,5): Viendo su fe...

Abrahán manifestó su fe en el Señor sabiendo que era anciano y su mujer Sara era estéril en su seno. A pesar de las risas de sus empleados y las burlas abiertas de sus adversarios, continuó considerándose y llamándose “Padre de una multitud de naciones”. Y llamaba a su mujer, en alta e inteligible voz:” Madre de una posteridad d príncipes”.
¿Está loco Abrahán? Aparentemente, para la mirada humana-, sí. Pero para quien camina en la fe, es una senda utópica que conduce a que seas, hoy, de esa posteridad de príncipes que heredas con la fe. La fe te hace un héroe siguiendo su marcha con tal de que partas de “cero” o dejes a “cero” tu propio orgullo.

Una oración para hoy: Vuelve tu mirada, la atención a tus circunstancias sean cuales sean. Mira a Jesús, el jefe y consumidor de tu fe. ¡¡Ojo!! Llena tu corazón de las palabras del Señor, que son espíritu y vida. ¿Lo has pensado alguna vez? Abre tu boca y proclama la palabra de la fe. ¿De acuerdo? ¡Venga!