Postal a los jóvenes

¿Bendecir y amar a mis enemigos?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Te digo: Ama a todos tus enemigos. Bendice a al que maldice...” (Mateo 5,44)

Cuando se medita esto y se intenta vivir, cuesta mucho. Tanto cuesta que te parece odioso y antihumano. Ya vez: las cosas de Dios. ¿Por qué? Porque Dios no quiere destruir a tus enemigos, quiere glorificarse mediante ti.

¿Qué es un enemigo? Conviene que lo sepas. Es todo lo que te impide progresar hacia tu destino. Puede tratarse de una persona, de una prueba, de una debilidad de carácter o de un mal hábito.
Aunque no combatas contra la carne y la sangre, es cierto que cuando el diablo te visita, ves que busca a personas mal intencionadas cuyo objetivo es claramente destruirte, o seducirte.

Mike Murdock dijo:” No tienes futuro sin enemigo”. Por ejemplo, mediante Goliat-enemigo de Israel- David salió a la luz del día. Sin él, hubiera permanecido un pequeño pastor desconocido. Por su victoria contra Goliat, David consiguió en un día lo que nunca había soñado: el cambio de estatuto (acceso al palacio), el honor (la mano de la hija del rey), y la destrucción del yugo que pesaba sobre toda su familia, desde generaciones.

Dios no puede gloriarse con tu vida mientras que no tengas un gigante a quien derribar en tu camino. No hay posición nueva sin oposición, no hay futuro sin enemigo, no hay triunfo sin lucha, ni gloria sin historia. ¿Has observado que estás más atento a tus actos y palabras cuando evolucionas en un ambiente hostil? Tus enemigos te obligan a la prudencia, a vigilar y orar sin cesar. Manifiestan tus debilidades y te someten a la humillación; revelan tus límites, y te obligan así a que te apoyes en el poder de Dios.. Tus enemigos, sin tú saberlo, te impulsan a tu destino. Sin que lo sepas, las personas que se esfuerzan en arrojarte en el pozo, son los instrumentos que te propulsan hacia el palacio. Te crucifican, pero al hacer eso, te llevan a la resurrección. Al rechazarte, te lanzan a los brazos de Dios, Mirándolo de cerca, te das cuenta que las personas que han querido hacerte daño, te han hecho amar más a Jesús. Cuando aceptas esta verdad comienzas a amar a tus enemigos y a bendecir a Dios incluso cuando te maldigan. Todo tiene sentido, como ves, a la luz del Evangelio. ¡Buen día!