Postal a los jóvenes

Señor, sáname de mis males

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Hay muchos males en la sociedad actual. Y también bienes. Pero, al igual que Jesús, inclínate por el más necesitado. Así demuestras tu fe exigente.

Mt 8,1-4: Si quieres, puedes sanarme

¿Acaso un hijo mendiga el amor de su madre? O ¿Una madre pone condición a su hijo para amarle? De la misma manera pasa con Dios. Él se da al ser humano de tal forma que busca salvarle, pero pasa muchas veces que éste le desconoce y se resiste a su amor, a su misericordia.

No nos resistamos a su acción colocando muros construidos con nuestros miedos y pecados. No escondamos el rostro a aquél capaz de sanarnos y salvarnos. Dejémonos limpiar la lepra de nuestro egoísmo y nuestro orgullo. Que sea él quien nos capacite para volver nuevamente al seno de la comunidad y no vivir aislados y solos, lo que es contrario a la naturaleza humana, que sólo se realiza en comunión con los demás.

Acerquémonos a nuestro Padre con humildad, reconociendo que delante de él no somos más que seres humanos necesitados de su amor y de su perdón. Y de la misma manera como lo hacemos con Dios, hagámoslo con nuestros prójimos. Hoy el mundo está sediento de amor y comunicación. Seamos, pues, en medio de esta sociedad los brazos de ese Dios misericordioso que busca abrazar a aquellos que se encuentran afectados por la lepra de tantos males, llevándoles consuelo y sanación.

ORACIÓN:

 

Señor, haz que no me quede de brazos caídos cuando vea necesidad. Te pido perdón por mis descuidos, mis falta y mi falta de exigencia de evangelizar a quienes me rodea. Amén.