Postal a los jóvenes

No te conozco...    

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

De la unión con Jesús, le viene a la persona la fortaleza; de la puesta en práctica de su camino de las bienaventuranzas, le viene la alegría. Lleva siempre en el corazón una palabra de Jesús. Dale el verdadero abrazo a la palabra de Jesús en la vida.

Mt 7,21-29: A vosotros nunca los he conocido

Es fácil dar testimonio de nuestra fe cristiana ante situaciones sin mayor tensión y donde nada impide responder con las mismas palabras de Jesús: «ámense unos a otros, perdonen a sus enemigos…» Pero cuando las realidades superan nuestras buenas intenciones como cristianos, las palabras que Jesús nos dirige hoy se tornan inquietantes.

El exige de nosotros no sólo ser cristianos en aquellos momentos dulces, sino también en los amargos. Sólo nos constituiremos en casas sobre la roca cuando la Palabra que él nos dirige no sólo sea dirigida a nuestra razón, sino también a nuestro corazón; cuando esa Palabra nos libere primero de nuestras prisiones, para ir luego a librar a otros de las suyas. De lo contrario, habremos perdido el tiempo predicando.

¿De qué nos sirve hablar de vida, cuando aprobamos de manera solapada el aborto y la guerra en nuestras situaciones concretas, haciendo «la vista gorda» ante tales realidades? ¿De qué nos sirve hablar de paz, cuando la industria de la guerra alimenta a nuestros hijos e hijas y lo toleramos? No seamos cristianos sólo de buenas intenciones, sino también de buenas acciones que aceleren la venida del reino de Dios a la humanidad.

ORACIÓN:

 

Con María, acojo tu Palabra, Señor.
Con María, dejo que tu Palabra ocupe mi corazón.
Con María, dialogo con tu Palabra.
Con María, aprendo a estar en la Palabra.
Con María, ofrezco gratuitamente tu Palabra.