Postal a los jóvenes

Apariencias, anciana y Jesús

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12, 44)

A Jesús le gusta mirar lo pequeño de la vida. En la explanada del Templo abarrotada de gente se sienta junto al arca de las ofrendas y mira con atención a una viuda pobre que da todo cuanto tiene para vivir. Sus dos monedas llevan el sello de ese don total a Dios.

Mc 12,38-44: Esa pobre viuda ha dado más que nadie

1) APARIENCIAS:


Somos muy dados a juzgar por las apariencias, y esa cultura se ha ido afianzando cada vez más con el paso del tiempo. Basta mirar la televisión o dar un paseo por las calles de nuestras ciudades para percibir cómo el poder de la imagen es tal, que se impone en forma arrolladora por sobre la verdad. Hoy Jesús llama la atención de los discípulos para que no se dejen engañar por las apariencias, pues Dios lo que menos ve son nuestros ropajes; lo que más le interesa es nuestro interior. Los discípulos, hombres sencillos y pobres, estaban tan asombrados por las grandes donaciones que hacían los ricos en las alcancías del Templo, que pasaron por alto el gran sacrificio de aquella viuda pobre, que por esa doble condición estaba doblemente relegada al grupo de los marginados y excluidos.

2) JESÚS SE FIJA EN LA ANCIANA:

A Jesús no se le escapa el gesto de esa mujer, más valioso que el de todos los ricos, porque no se debe dar de lo que a uno le sobra, sino de lo que es parte de nuestra vida misma. Si todos aquellos que decimos ser cristianos imitáramos el sacrificio de la viuda pobre del Templo, en nuestras ciudades no existiría gente postrada, enferma, marginada, consumida por su soledad.

ORACIÓN:

 

Espíritu divino,
crea en mi un corazón
generoso, desprendido y confiado.