Postal a los jóvenes

Reloj en hora espiritual

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Buscad primeramente el Reino y la justicia de Dios” (Mateo 6,33)

Desde siempre, lo que ha caracterizado al pueblo de Dios, son las elecciones. Siempre valientes, estos últimos no eran siempre razonables, lógicos en el plano humano y hay que confesarlo, frecuentemente sometidos a la incomprensión y a la mofa de los demás. Por ejemplo, Noé elige la construcción de un barco por mandato divino. Por ejemplo Abrahán parte sin saber a dónde va, o Pedro que abandona una empresa floreciente para seguir a un joven predicador de Nazaret.

Te preguntas por qué tus estudios no tienen éxito, o por qué, en el plano del trabajo, aunque te entregues con dedicación, no consigues obtener la promoción que deseas. Sin embargo en los dos casos, rezar y preguntas a los demás que oren por ti. ¿Entonces?

Lo que da pena, es que para llegar a tus fines profesionales o escolares, has tocado el corazón de Dios, y sin embargo tú dedicas poco tiempo a Jesús que ha dicho:” Busca primero el Reino de Dios y su justicia”. Por tanto, amigo, pon tu reloj en la hora espiritual para tu vida; inútil detallar aquí lo que es necesario enmarcar, y lo sabes bien.

Lo que es igualmente lastimoso, es que nadie te lo dice; he aquí por qué hoy este texto es la ocasión para un sano equilibrio, con tal de que te cuestiones tus prioridades.
Personalmente, me ha sucedido a menudo ver a jóvenes amigos que, para triunfar en su carrera universitaria, suprimieron con buena intención la reunión de oración, dejaron de contactar con Jesús en la comunión o revisaron a la baja el tiempo de servicio consagrado al Señor.
El fracaso y la incomprensión aparecen siempre ,más tarde o más temprano, a fin de cuentas.

Una decisión para hoy: Señor, perdón. A menudo creo que todo lo hago bien y me equivoco. Hoy decido reemprender el camino de mi consagración a ti, el camino de mi compromiso personal, de mi servicio de adorador y te ruego que me ayudes para que no olvide esta lección. Quiero acordarme siempre de que mi papel aquí es buscar tu reino y tu justicia. Creo que viviendo así y ocupándome de tus asuntos, tú te ocuparás muy bien de los míos.
Eso es, sin duda, la mejor hora que puede marcar mi reloj espiritual.