Postal a los jóvenes

Sígueme y niégate a ti mismo

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” (Mc 8,34)
Jesús tiene claro que ante su mensaje, la sociedad injusta va a reaccionar de forma violenta. Lo sabe y no se lo oculta a los suyos. Jesús pone las condiciones para el seguimiento, para la construcción de la ciudad nueva: renunciar a toda ambición y rivalidad y aceptar hasta lo último, como Jesús, la hostilidad de la sociedad injusta. Cuando seguimos a Jesús, nuestro destino es el mismo que el de él.



Mc 8,34-38: Quien quiera seguirme, niéguese a sí mismo

1) ANUNCIAR PERO CONOCIENDO Y VIVIENDO ANTES:

Lo que lleva a que el cristianismo sea una propuesta de vida es el testimonio que se comunica desde la coherencia entre la fe y las obras; el de Dios mismo, que hoy se sigue entregando por la humanidad en la cruz de sus dificultades y sufrimientos, redimiéndola en Cristo Jesús.
La tarea de aquellos que deseen ser cristianos más allá de la simple fama, siéndolo como hombres y mujeres auténticos, comprometidos con el anuncio del reino de Dios y su vivencia y compromiso en lo cotidiano, es llegar a manifestar al mismo Cristo Jesús. Pero no se puede experimentar y anunciar a alguien si primero no nos damos a la tarea de conocerlo. Y en el caso de Jesús, ello implica conocerlo en la negación de nuestras voluntades que no estén en conformidad con la voluntad de Dios, siempre dispuesto a perdonar, recrear, capacitar, salvar...

2) CARGAR CON NUESTRA CRUZ:

Tenemos que cargar con la cruz de nuestra vida renunciando a tantos caminos y metas que se nos propone construir como garantía de la felicidad sin contar con el otro. Y finalmente, hemos de seguirle, porque él abre al ser humano la posibilidad de ser más hijo de Dios y menos enemigo de sí mismo y del universo que le rodea.

ORACIÓN:

Entrega la vida siendo el primero en servir, arrodillándote a los pies de los más pobres, los sufrientes, los excluidos.