Postal a los jóvenes

Ten valor: he vencido al mundo

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

'Tened valor: yo he vencido al mundo' (Jn 16,33)

Jesús ha tenido el coraje de meterse en situaciones complicadas. Así ha vencido al mundo y sus miedos. Jesús sabe que los suyos van a pasar por las mismas dificultades, por eso les dice palabras de ánimo. Son palabras de un amigo en la prueba. Haz tuyas estas palabras: Nada te turbe, nada te espante. Quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta.

Tú pones en mí fuerzas que desconocía. Bendito y alabado seas, Señor.
Jn 16,29-33: Ustedes se dispersarán y me dejarán solo


1) LA FACILIDAD DE HUIR: La seguridad con que los discípulos reconocen la sabiduría y la filiación divina de Jesús, es puesta en duda, con desencanto y hasta con cierta ironía, por el mismo Maestro, quien les enrostra que muy pronto huirán y lo abandonarán. No sucedió sólo entonces. Hoy seguimos dejando solo a Jesús, entre tantas otras formas cuando por facilismo e indiferencia huimos de los compromisos que exige nuestra fe cristiana, tales como contribuir a la armonía familiar y comunitaria; trabajar por una sociedad más justa y humana; sacar la cara cuando son conculcados los principios por los que Cristo no rehusó decir las cosas por su nombre, aunque ello le acarreara incomprensiones, odios, persecuciones, el abandono, la traición de sus más cercanos y la muerte.


2) NO NOS ABANDONA: Sin embargo Jesús, a pesar de nuestras dudas y torpezas, no nos abandona. En tiempos de persecuciones y conflictos no nos quiere dispersos, sino reunidos y unidos en torno a él. La adhesión a Jesús es el mejor camino para encontrar la paz. El mundo, que aquí simboliza el proyecto del mal (codicia, injusticia, discriminación, globalización excluyente, neoliberalismo sin equidad...), ya fue una vez vencido por Jesús, mas no significa que haya desaparecido. Jesús nos dejó las herramientas necesarias para que sigamos venciendo el mal en el mundo. Derrotarlo o ser derrotados depende de nosotros. Igual ocurre, por ejemplo, con la vacuna de alguna enfermedad. Hemos vencido la enfermedad teniendo el instrumento para hacerlo, pero depende de nosotros usarlo. ¿Estamos venciendo el mundo, o el mundo nos está venciendo a nosotros?

3) ORACIÓN: Tú pones en mí fuerzas que desconocía. Bendito y alabado seas, Señor.