Postal a los jóvenes

La Ascensión del Señor

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Tienes delante las últimas palabras del evangelio de Mateo. Las últimas palabras siempre son importantes. Dan el sentido a todo el camino. Míralas con atención. Seguro que tienen algo muy importante que decir a tu vida.

Todo lo de Jesús ha sido una enormidad. Su vida de amor, que ha culminado en la Eucaristía, ¿quedará relegada al olvido o se traducirá en un nuevo camino de amor presente en todos los lugares de la tierra?

No es momento de que te mires los pies manchados por el barro, sino de estés pendiente de la invitación que te hace Jesús, en unión con toda la Iglesia, a extender por todos los lugares de la tierra el mensaje de Jesús.

¿Te atreverás a gritar que Dios está de parte de todo ser humano, como su amigo y aliado contra las fuerzas del mal? ¿Te atreverás a anunciar y ser testigo de su amor en el mundo? Si así es, vuelve a las fuentes de Galilea y emprende la hermosa aventura de Jesús.

Recuerda en todo momento que Jesús está contigo, que contigo van todos los hermanos y hermanas que formamos la Iglesia, que contigo va toda la gente de buena voluntad. ¡Ánimo y a la tarea!

1) LEE Y ORA:

“En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: -«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28, 16-20).


2) ORAR ES SER MISIONERO/A DEL EVANGELIO

Sitúate en Galilea, es decir, en la sencillez y en la verdad. No pretendas grandezas que te superan. Acoge tu vida tal como es y acoge lo que te quiere Dios. Así es posible vivir el Evangelio.

Mi vida, Señor está llena de fragilidades,
pero Tú eres mi fuerza.
Recuerda tus momentos de debilidad, tus huidas ante el escándalo de la cruz, tus infidelidades al amor. Pero recuerda, sobre todo, cómo Jesús se acerca a tu vida con cariño para seguir confiando en ti.

¿Por qué me quieres tanto, Jesús?
¿Por qué sigues confiando en mí?
¿No recuerdas mis infidelidades y mis abandonos?
¿Por qué vuelves a mirarme con amor?
Jesús te envía a dar a conocer el misterio de amor de la Trinidad a todos los pueblos. Sea cual sea tu tarea, entra en esta dinámica misionera que Jesús encomienda a toda la Iglesia.

¡Qué alegría ser enviado por ti a comunicar tu amor!
¡Qué alegría de que confíes en mí cada día!
¡Qué alegría poder colaborar en tu proyecto! Gracias, Jesús.
Recuerda que Jesús está contigo. Jesús está contigo por la tarde y de mañana y con toda certeza en cada nuevo día. Su nombre Emmanuel se cumple al estar para siempre con la Iglesia y con la humanidad de todos los tiempos.

Saber que siempre estás conmigo me ayuda, Jesús.
Saber que siempre estás conmigo, me da alegría, Jesús.
Saber que siempre estás conmigo, me hace vivir agradecido/a.
Saber que siempre estás con nosotros, hace que me sienta iglesia.
Dedica unos momentos a adorar a Jesús en la Eucaristía. Es el mejor invento que ha encontrado para quedarse con nosotros.