Postal a los jóvenes

Velad

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Dios envió a Natán a David… Has golpeado con la espada a Urías, el Hetiano ; has tomado a su mujer para hacerla tuya, y lo has matado por la espada de los hijos de Ammon… David dijo a Natán : He pecado contra Dios. Y Nathan dijo a David :Dios perdona tu pecado, no morirás. Pero, porque has hecho blasfemar a los enemigo de Dios, cometiendo esta acción, el hijo que te nacerá, morirá. Y Natán se fue a su casa... David consoló a Bath-Schéba, su mujer, y fue junto a ella y se acostó con ella. Y dio a luz un hijo que se llamó Salomón, al que Dios amó" 2 Samuel 12,1-24

El declive espiritual no llega por azar, ni súbitamente en la vida de un hijo de Dios. El descenso espiritual es a menudo la consecuencia de una sucesión de cosas, de negligencias y desobediencias.

La caída de David con Bath Schéb no fue el hecho de un instante de extravío, sino la consecuencia de actitudes sucesivas.

David había preparado todo bien. Supo lograr su meta en la nariz y barba de todos, pero lo que olvidó, es que Dios sabe y ve todo. Dios apresuró a su profeta al lado de David para llevarlo al buen sentido. El profeta de Dios le abrió los ojos sobre su pecado.

Aunque David sea culpable de toda una sucesión de faltas y pagó el precio muy fuerte, no por eso siguió siendo “el hombre según el corazón de Dios”. Esta tragedia que marcó su vida, demuestra que no fue un super hombre, sino un hombre como todo el mundo.

Este mal ejemplo debe llevarte a una mayor circunspección, a una mayor humildad, a examinar mucho más tus caminos para no reconocer momentos de pruebas parecidas a los que atravesó. David conoció un periodo de declive pues cayó en los deseos de su carne.

Vela tu conducta. De los cimientos al techo, vela sobre los diferentes estadios de la construcción de tu vida espiritual. No dejes que entre el pecado. Vigila.


Una oración para hoy

Señor, te doy gracias pues me abres los ojos en la necesidad de velar mis caminos. Ayúdame a quedar íntegro y fiel a tus mandamientos, sean cuales sean las situaciones que atraviese. Guárdame para que no me aparte ni a derecha ni a izquierda de tu palabra. En el nombre de Jesús, amén.