Postal a los jóvenes

No juegues con el fuego

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“No sabía que Dios se había retirado de él." Jueces 16,20

Cuando hay que apreciar el pecado de Sansón, las opiniones son divergentes. Algunos estiman que su amor exagerado por las mujeres lo perdió, y en parte es verdad; otros dicen que fue su ligereza espiritual que es su verdadero pecado, y también es verdadero. Pero innegablemente, su pecado número uno, es este exceso de confianza en él que manifiesta una vez más con ocasión del episodio con Delila.

Sansón se parece a toda esa gente que conocen el éxito en toda circunstancia y ocasión. Termina por creerse invulnerables y cometen el error que va a perderlos definitivamente.

No te le parezcas. Rechaza la narración de la facilidad. Guárdate de jugar con el fuego, y de creer que puedes triunfar siempre. Mira bien la historia de este hombre; no es su fuerza sobrenatural la que lo dejó en el primer tiempo, no es ventajosa su comunión “relativa” con Dios, sino su corazón que lo traicionó (Jueces 16,18). Nuestros enemigos no son los filisteos en emboscada, sino nuestro propio corazón, con sus debilidades culpables.

Te parece imposible continuar jugando con el fuego, estar permanentemente en la frontera del bien y del mal, navegar a la vista de los arrecifes cortantes del pecado. Pronto o tarde vivirás lo que este hombre vivió.

No sé cómo miras la interpretación de este texto del profeta Jeremías: "Desgracia al hombre que se confía al hombre" (Jeremías 17,5) ; si hace innegablemente alusión a la confianza que otros pueden tener en los demás seres humanos, este texto hace también alusión al exceso de confianza en sí mismo. Atención, no eres ciertamente mejor que Sansón, ni más fuerte que él.

No te escondas detrás de los hipotéticos resultados espirituales para justificar tu juego turbio. Nunca es una prueba, ni una excusa. Sansón aunque se condujera de cualquier modo, continuó teniendo resultado hasta el día en que Dios lo abandonó a su miseria. No te puedes reír de Dios continuamente. Es importante que termines con tu indigencia.

Guárdate de un exceso de confianza en ti mismo. Si la gente que no tiene un mínimo de confianza en sí no puede ser feliz. Dios trabaja para darnos la dignidad de lo seres humanos y la conciencia de nuestra capacidad. El Señor no puede hacer nada con los que ponen su confianza en sí mismos. Es la historia de los escándalos más grandes y errores difíciles de reparar.

Cres en la gracia de Dios y tienes razón, pero no hagas de la gracia de Dios una ocasión para vivir de manera disoluta, ligera y muy peligrosa para tu alma. Corta con el mal, abandona tu Delila, haz una lección valerosa.

Una oración para hoy

Señor, reconozco haber estado al filo de la navaja desde hace largo tiempo; he creído poder jugar así con el mal sin arriesgarme a sufrir ; perdóname y ayúdame, Señor, a que me desprenda del exceso de confianza en mí mismo enmascarada de orgullo. En el nombre de Jesús, amén