Postal a los jóvenes

¡Envejece y vive mal!

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"He sido joven, he envejecido; no he visto al justo abandonado, ni su posteridad mendigando su pan."Salmo 37,25

Ante todo, no os imaginéis que este texto concierne sólo a la gente mayor o muy mayor. ¡Lejos de eso! Conozco personalmente a personas jóvenes que viven muy mal la idea de envejecer. No penséis que estas líneas se dirigen sólo a las señoras que por coquetería, rechazan envejecer. Y se gastan mucho dinero en cosméticos que le quiten las arrugas o a operaciones estéticas.

¡Envejecer es angustiante! Algunos lo viven mejor que otros, pero globalmente, muchos rehúsan esta “fatalidad”.

De este modo se ven florecer las curas de rejuvenecimiento en todas las revistas; se asiste la propagación de la alta velocidad de píldoras que os hacen más jóvenes... Y después están todos los adeptos de la “crisis de la adolescencia prolongada” que, a los 50 años, actúen como cuando tenían 14 años.

No sé si te ves en algunos de estos o de estas.

Pero hay algo más grave. He conocido a un joven de poco más de 25 años, que vivía dramáticamente el aniversario de sus dos niñas. Ver envejecer a sus hijos lo sumía en una depresión duradera y latente. Era incapaz de alegrarse, porque vivía muy mal la idea de envejecer.

¿ Y tú? ¿Con quién puedes hablar de tu malestar, no sólo respecto a la vejez, sino de la simple idea de envejecer inexorablemente? Hasta hoy no mucha gente te ha escuchado ni comprendido porque te sientes defraudado apenas alguien te habla de que has envejecido algo. Te gusta que te digan que pareces un jovenzuelo o una quinceañera.

No es extraño que la Biblia nos hable de la idea de envejecer. La respuesta se encuentra en la fidelidad de Dios. No tengo otra respuesta que aportarte, sino la mejor de todas: Dios es fiel.



No tengas miedo de envejecer, ni de la dependencia o de la soledad ni otras cosas ligadas a ka edad adulta: Dios es fiel. Charles de Gaulle, presidente de Francia, decía que la vejez podía ser una naufragio. Jacques Brel cantaba en uno de sus bellos poemas, "Morir, morir no es nada, sino envejecer... !"

Nuestras sociedades modernas son a veces muy poco seguras de la vejez. Ve la publicidad en TV: sólo jovencitas y jovencitos. Pero Dios, que no envejece, es Señor de niños, jóvenes, maduros y mayores. Acepta tu edad como un camino de maduración hasta el encuentro con El.


Una oración para hoy

Señor, eres mi Dios. Te entrego mi vida para que cuides de ella hasta el fin de mi existencia en esta tierra. Y aunque me cueste envejecer, acepto esta realidad como medio que me catapulta de día en día a tu encuentro. En el nombre de Jesús, amén.