Postal a los jóvenes

Esperanza en la tormenta

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Invócame y te responderé…" Jeremías 33,3

El profeta Jeremías vivió en los tiempos de los reyes de Judá: Josías, Jojakim, Sedecías. Este período era muy turbulento y el pueblo vivía en el mal y en la desobediencia a Dios.

El ministerio de Jeremías será anunciar la próxima invasión de Jerusalén por los ejércitos enemigos y la deportación del pueblo a Babilonia. Su mensaje no será aceptado por los suyos y por eso irá a la cárcel. Fue entonces cuando Dios le dirigió esta palabra: "Invócame y te responderé." En varias ocasiones, Dios va a visitar a su profeta y a dirigirle palabras de aliento: "Te anunciaré cosas grandes." Jeremías está encarcelado no por haber hecho algo malo, sino por su fe.

¿Te ha ocurrido a ti conocer la prisión espiritual? Sabes que estas prisiones existen. Sin barrotes, te privan sin embargo de tu libertad. Pueden tomar la forma de una enfermedad, problemas en el hogar con tu esposa e hijo, el paro, la muerte de un ser querido que te ha hundido o los problemas de un hijo entregado a la droga o al mal. Como hizo con Jeremías, Dios puede visitarte y hablarte.

Es extraordinario ver que en el contexto terrible en el que se encontraba Jeremías (guerra, deportación), Dios le habla de esperanza.

"Te daré la curación y la salud y te abriré una fuente abundante de paz y fidelidad. Llevaré a los cautivos de Judá y a los de Israel" (Jeremías 33,6-8).

"Pues conozco los proyectos que tengo sobre ti, dice Dios, proyectos de paz y no de desgracia, para que tengas un futuro y una esperanza" (Jeremías 29,11).

Jeremías se fortificó en su fe y continuó en oración. Hará esta oración a Dios: "Nada extraño de tu parte. Haces misericordia hasta miles de generaciones." (Jeremías 32,17-18).

No pongas límites a Dios, quiere hacerte entrar en lo sobrenatural. La fe te lleva siempre a cosas nuevas y nunca vistas sea cual sea la situación en que te encuentres. Lo que es imposible para ti, es posible para Dios (Luc 18,37).

Una oración para hoy

Señor, conoces mi situación, nada se te escapa. Sácame de mi prisión. Te agradezco el milagro de mostrarme cuánto me amas. En el nombre de Jesús, amén.