Postal a los jóvenes

Tus ventajas

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Ah !Señor mío,¿cómo haremos? Respondió: no temas, pues los que están con nosotros son un número mayor que los que están con ellos, Eliseo oró, y dijo: Dios, abre tus ojos para que vea. Y Dios abrió los ojos del servidor, que vio la montaña llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo." 2 Reyes 6,15-17)

Según sus estudios de Guerra, el historiador militar T. N. Dupuy avanzó que una de las razones por las cuales Napoleón Bonaparte era comandante fue de serie, es porque sabía sacar beneficios de sus ventajas.

"Sabía que – todo permanece igual – la superioridad numérica en el campo de batalla es el principal factor que determina el desenlace de los combates. Intentaba tener siempre la superioridad numérica y el poder más grande de combate en el lugar estratégico del campo de batalla."

El servidor de Eliseo había comprendido también la importancia de la superioridad numérica, y se llenó de miedo tras haberse dado cuenta de que Eliseo y él estaban rodeados de carros del ejército arameo. Eliseo no se inquietaba. Sabía que el ejército de los cielos estaba de su parte y que el ejército de Dios es infinitamente superior a la de los Arameos o cualquier otra fuerza en la tierra.

Muchos cristianos son tomados por las cosas del mundo y se inquietan, se preocupan porque piensan no poder medirse con las fuerzas que se oponen a ellos. Sin embargo, Dios quiere que seamos como Eliseo y que nos demos cuenta que su ejército está de nuestro lado. Por mucho tiempo que le sirvamos, siempre estaremos del lado de la mayoría.

En este momento, ¿te sientes superado? ¿Sumergido, vencido? Dios quiere que te pongas tu confianza en él y sepas que su ejército celeste permanece de tu lado. No tienes que sentirte vencido. Alégrate en el Señor y preséntale tus necesidades, luego declara la victoria.

Una oración para hoy

Padre, abre mis ojos para que pueda ver el ejército espiritual que me rodea. Declaro la victoria contra mis enemigos. Pongo en ti mi confianza y espero que me socorres. En el nombre de Jesús, amén.