Postal a los jóvenes

Tus debilidades

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

""Encuentro...que el mal me ataca. Me atrae la ley de Dios en mi interior; pero veo en mis miembros a otra ley [...] ¡Qué miserable soy! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?" Romanos 7,21-24

En 1626, el célebre poeta y pastor, John Donne, fue invitado a dirigir la palabra en la catedral de san Pablo en Londres con motivo de los funerales de Sir William Cokayne, antiguo lord-maire de la ciudad.

Con audacia y honestidad, Donne, de 54 años, describió cuán fácilmente las distracciones pueden invadir furtivamente nuestra vida cristiana. Queriendo buscar a Dios, "me arrodillo en mi habitación, lo invoco, invito a Dios y a sus ángeles". Sin embargo, confesaba, " lo olvido Dios y sus ángeles por el ruido de una mosca, por el chasquido de una carroza, por el ruido de una puerta, admitía, su espíritu se distraía: "J Me dirijo a Dios, en oración, con los ojos levantados al cielo y de rodillas". Pero a veces, olvidaba el tema de sus oraciones. Los comentarios de Donne se destinaban a ayudar a sus oyentes a comprender de que no hay nada, nada perfecto en este mundo" y que todos debemos depender de Dios.

También Pablo habló honestamente de sus propias dificultades, considerándose como un “miserable”, incapaz de hacer el bien. Sin embargo, como Donne, Pablo sabía que su esperanza estaba en Jesús: "Demos gracias a Dios por Jesucristo nuestro Señor" (Romanos 7,25). En Jesús, no había ninguna condena y podía ser más que vencedor (Romanos 8,1, 37).

¿Te has decepcionado ya de tu vida espiritual? ¿En lucha? ¿En la duda o la inquietud? ¿Decaído? Sé humilde y honesto con Dios. Confiesa tus pecados. Invoca su ayuda. Conoce tus debilidades y desea que pongas su confianza en él. Su poder es verdadero. Puede transformar tu vida y darte la victoria y la fuerza que necesitas hoy.


Una oración para hoy

Padre, sé que tu fuerza se ha hecho perfecta en mi debilidad. Gracias por perdonar mis pecados y debilidades. Creo que me has dado la victoria. Dependo de ti. En el nombre de Jesús, amén.