Postal a los jóvenes

Riquezas eternas

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Te falta una cosa; va, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Después ven, y sígueme. Pero, afligido por esta palabra, este hombre se fue triste, pues tenía grandes bienes." Marc 10,21-22

Un día, un joven rico preguntó a Jesús cómo podía “heredar la vida eterna”. El hombre había guardado los mandamientos divinos y parecía sincero. Sin embargo, Jesús declaró que le faltaba una cosa: "Va, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres".

¿Por qué preguntó Jesús a este joven que emprendiera una acción radical? Porque sabía que este hombre no podía recibir las riquezas eternas de Dios si se dedicaba al consumo. Sin embargo, las recompensas requieren sacrificios, pues, a cambio, Jesús le prometía “un tesoro en el cielo”.

Pero este hombre tenía una visión limitada y rechazaba un compromiso de esta categoría. Consideró todo lo que tenía y, frente a la elección, decidió que sus bienes eran más importantes que las riquezas ofrecidas por Jesús. Se fue triste y desesperado.

Jesús ofrece las mismas riquezas eternas a cada uno de nosotros pero, también nosotros, tenemos la elección. ¿Qué es lo más importante para nosotros: pasar nuestra vida acumulando fuerza y poder, experiencia y placeres? ¿O ser como Pedro y Juan y los otros discípulos que dejaron todo por seguir a Jesús (Marc 8,34) ?

Hoy, Dios quiere ver cómo vas a reaccionar. Te ofrece la victoria, el poder, la bendición, una vida transformada y recompensas eternas. Pero eso significa poner tu vida a su servicio. Enteramente y sin ninguna reserva. No hay que retener nada y no consentir otros compromisos. Hay que ser un discípulo de Jesús, listo para dar todo y seguirle. Conságrate a él-así como todo lo que posees. Te recompensará, desde ahora y en la eternidad.


Una oración para hoy

Padre, te entrego mi tiempo, mis talentos y mis bienes. Declaro que Jesús es mi Señor. Te serviré toda mi vida. Empléame para ir a los otros con tu Evangelio. En el nombre de Jesús, amén